El final ha llegado
Regresamos a la ERA, en su última
entrega, para despedirnos de esta saga distópica donde los niños menores de
Perdido Beach están dentro de una cúpula donde tienen que enfrentarse no solo
al hambre, la sed y a la supervivencia por sus propios medios, tienen que
aprender a trabajar en equipo, aunque no lo han conseguido y a aprovechar las
mutaciones de algunos de ellos como herramientas para sobrevivir.
Todo ello, sin olvidarnos del mal
que se esconde entre ellos en la forma de la Gayáfaga.
Esta última entrega nos prepara
para descubrir cómo el mundo de fuera se plantea la vida de los jóvenes que
viven en la ERA, la cúpula es transparente y empieza un breve contacto entre
unos y otros.
Los adultos están asustados,
divididos entre aquellos que consideran a los chicos-ERA como víctimas y
aquellos que les consideran monstruos y que quizás sería mejor eliminarlos.
La vida dentro de la ERA llega a
un punto de alta tensión donde los enemigos declarados tendrán que unirse para
luchar contra un enemigo común que día a día se va haciendo más fuerte mientras
el ENEMIGO (el pequeño Petey va perdiendo fuerzas).
Los dos hermanos, Sam y Caine, y
sus respectivos seguidores, los chicos de Perdido Beach y los del lago, unirán
fuerzas para terminar con Gaya, cuando ella sea destruida la cúpula caerá.
Aunque la unión hace la fuerza,
la ERA nos ha mostrado que tras lo que parece una posible victoria hay una
clausula en letra pequeña donde la trampa puede ser mortal.
Esta última entrega será la de
las decisiones, la de la verdad, la de la unión y la del futuro.
¿Están preparados para que la
cúpula desaparezca?, ¿Qué sucederá con sus poderes?, ¿Podrán destruir a Gaya y
sobrevivir?, ¿Quién quedará en pie finalmente?
Rba con su sello juvenil Molino
nos ha regalado una saga de superación, de supervivencia, de esperanza y
coraje, de amistad y de amor, aunque para ello nuestros protagonistas hayan
sufrido de lo lindo y por desgracia muchos de ellos no hayan sobrevivido,
aunque nunca nos hubiéramos imaginado que veríamos su fin.
Un punto que quería remarcar es
la importancia que le da Michael Grant
en esta última entrega a la redención, como muchos de nuestros protagonistas
luchan por un bien mayor y común, en un momento en el cual deciden mejorar y
cambiar. Nunca es tarde para hacer un nosotros mejor tanto para nosotros mismos
como para los demás.
También se agradece que el autor
nos ofrece una visión de lo que paso después de la caída de la ERA, como los
supervivientes se reubican en el mundo, como el simple hecho de tomar una ducha
o comer un helado les hace llorar, no nos muestra sus cicatrices que hemos
visto como las sufrían, sino que profundiza en aquellas que han quedado bajo la
piel y en el alma.
No puedo más que recomendar esta
saga a todo lector juvenil y no tan juvenil, una aventura para compartir, un
campo de batalla donde plantar cara y una oportunidad para pensar que haríamos
nosotros.
La verdad no está allá fuera,
como se suele dice, está dentro de la ERA y un gran potencial se esconde entre
sus páginas.