Soy una venganza.
Soy el odio de un hombre
muerto en vida.
Soy la suma de años de
dolor y de silencio y de rencor.
Hoy de la mano de la Editorial Alrevés tenemos el placer de
compartir con vosotros el Premio de narrativa Ciutat de Vila-real 2018.
Tras un título que da mucho que
pensar se quita la máscara un autor Pulp, Alberto
Valle abandona su seudónimo de Pascual Ulpiano para presentarnos Soy la venganza de un hombre muerto.
Esta historia se centra en cuatro
tiempos marcados por los años 1952, 1968, 1981 y 1991, todo empieza con un
macabro asesinato y el cruce de vidas de varios personajes que irán
evolucionando a la par de la ciudad de Barcelona que evoluciona marcada por
hechos reales y que acaba transformándose en un personaje más.
Guillermo Arganda es un policía que
intentará hacer encajar las piezas del primer crimen y perseguirá la sombra de
un posible asesino, una persecución a la que se nos invita con una narración en
primera persona aunque el interlocutor va variando así como los diversos puntos
de vista de los personajes secundarios que crean una historia coral con muchos
destinos que se irán cruzando con giros argumentales inesperados.
Estos personajes ficticios se verán
reforzados por personajes reales de cada época, hecho que les dará más solidez
y a su vez nos mostrará cómo irán cayendo en una decadencia cíclica.
Entre todos ellos destacará Miguel
Morera, un personaje que iremos desgranando poco a poco y que descubriréis a
medida que avanza la lectura.
Me ha sorprendido la prosa del autor,
hasta el momento no había leído nada suyo, en sus palabras fluye la crudeza,
dureza, oscuridad y cierta violencia que llega a descolocar o turbar al lector
dejándole con ganas de seguir leyendo y a su vez con la piel de gallina en
otros momentos.
A su vez la historia es lineal y
confluye en ella notas policiales, cartas y mensajes que dan pistas a los
protagonistas y al lector, no hay oscuridad lo suficientemente profunda para
esconder la verdad de sus palabras.
De la trama no voy a desgranar mucho
más dado que sería todo un crimen destripar la oportunidad de leerla, pero me
gustaría reflexionar sobre el título dado que la venganza por sí sola no se
materializa, sino que necesita un brazo ejecutor y la pregunta que me surge es
quien puede ser ese ejecutor y si realmente el muerto está muerto dado que en
la contraportada nos presentan así la novela “Matar a un hombre es fácil, lo
verdaderamente emocionante es conseguir matarlo sin matarlo”.
El autor está dispuesto a ajustar
cuentas con sus personajes y con los lectores.
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