Brillante y escalofriante son los mejores adjetivos que se me ocurren para Esta noche moriré de Fernando Marías que gracias a la Editorial Alrevés recuperamos en su
edición XX aniversario y que incluye como regalo el monólogo teatral de QY Bazo inspirada en la novela.
Estamos frente a la gran venganza, la última palabra de un muerto, Corman,
que desea ridiculizar a su lector, mostrándole aquello que no consiguió en su
momento.
Esta epístola llega a manos del comisario Delmar, y ya en sus primeras
letras nos dice “Me suicidé hace dieciséis años” cosa que ya indica una mente
retorcida e inteligente que desea rememorar su pasado castigando a aquel que le
encerró.
Nuestro orador se suicidó en la cárcel y con esta carta quiere confesarle
sus crímenes, sus motivos y su arte al hombre que no logro quebrarle con una
sentencia que pone la piel de gallina y que no es más que la aseveración que en
el momento que termine de leer la misiva él se matará.
Poco más os voy a desvelar, no hay mejor narrador que el propio
protagonista ni mejor interprete que cada uno de nosotros como lector.
Esta novela tiene un tempo sostenido, deja al lector ir asimilando las
palabras y el relato escrito tiempo atrás, es un thriller con todas sus letras,
no faltan raptos, crímenes y ajustes de cuentas y las puntualizaciones en
tercera persona sobre aquello que Corman no podía saber muestran su gran
intelecto y como sin el comisario saberlo ha ido en pos de una decadencia ya
vaticinada.
Es casi imposible dejar de leer, página a página el autor recre con gran
detalle una vida criminal que se entreteje como la tela de una araña donde
quedamos atrapados sin remedio esperando el cruel final.
Es de agradecer que al ser un formato epistolar su extensión no sea
excesiva, si no más de un lector se quedaría en vela hasta descubrir si
realmente el comisario se matará y si es cierto como será ese posible final.
Sin olvidarnos del monologo teatral que se añade al final de la obra y que
enfatiza la misma y nos da una nueva tonalidad de negro a la historia.
Una brillante introspección en una mente criminal privilegiada, dotada de
una narrativa concisa, clara y vehemente, un relato con proyección de futuro en
un momento crucial ante la invitación por el remitente de la parca para si
mismo y para el lector.
No dudéis ni por un momento, leed sus últimas palabras y juzgad por
vosotros mismos.
El tinc a casa pendent, m'has fet agafar ganes d'agafar-lo JA.
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