dissabte, 12 de març del 2016

La mujer es una isla



Una novela entrañable, cautivadora y muy profunda. Una metáfora de la vida, de cómo las cosas cambian y nos cambian. Con el título: La mujer es una isla, la autora juega con la metáfora del recorrido por la vida de una manera brillante y magistral que enternece el corazón más duro y hace trabajar al cerebro más oxidado.

La protagonista de esta pequeña gran historia es una mujer de treinta y tres años en la que su marido le acaba de pedir el divorcio. Decidida a dar un giro radical en su vida, y después de la profecía de una médium que le asegura que en una distancia de 300 kilómetros ganará la lotería y conocerá tres hombres - uno de los cuales será el amor de su vida -, emprende un viaje siguiendo la ruta que rodea Islandia.

No irá sola: Tumi, el hijo de una amiga en dificultades, dos muñecos de peluche, y una caja de libros y de cd’s le acompañarán en el camino.

El viaje que emprenden nos muestra con gran detalle y con unas descripciones muy precisas tanto los paisajes fríos de una Islandia en pleno mes de noviembre como el carácter de las personas que viven en ella.

Partiremos desde la ciudad hasta un pequeño pueblo, vamos a sufrir el frío y los aullidos del viento, las lluvias constantes y los desbordamientos de los ríos, pero también sentiremos el calor de una sopa ligera y la amistad de antiguos desconocidos.

Ella es Islandia e Islandia es ella, a medida que su viaje avanza ella madura, le cambian las prioridades, empieza a ver las cosas desde otra perspectiva de la misma manera que los diversos paisajes van saludando a medida que el coche avanza por la carretera.

En palabras de John Donne (1572-1631): "ningún hombre es una isla", pero cuando un mismo debe hacer introspección necesita ser una isla para más tarde abrirse al mundo. Hay que conocer a nosotros mismos para poder ofrecer algo a los demás. Es por eso que encuentro la obra de Audur Ava
Ólafsdóttir tan especial.

Enreda a su protagonista en unas vacaciones de verano fuera de tiempo obligándola a aprender cosas nuevas y en el fondo la humaniza hasta las entrañas.

Los personajes son muy humanos. Un ex marido que no se aclara ni él, una madre siempre preocupada, una amiga que nunca juzga, unos vecinos cotillas y Tumi, un niño de cuatro años que despierta ternura y admiración. Un niño que en ciertos momentos parece un adulto o incluso un viejo y que ve el mundo desde una perspectiva única, tras unas gafas enormes y unos audífonos antiguos.

Con ellos aprenderemos que hay muchas maneras de comunicarse y como vale la pena abrirse a los demás y confiar.

En la novela Tumi no deja de ser el copiloto de nuestra protagonista, pero llega un momento en que el tándem que forman los dos es tan perfecto que el lector no concebirá la idea del uno sin el otro.

Una obra que no debería faltar en ninguna casa ni a ninguna biblioteca y que hoy nos ofrece Debolsillo, una brizna de luz entre las nubes y tormentas, una familiaridad que atraviesa las hojas y se instala en el lector.

Una historia profunda, esperanzadora y divertida, por la autora de Rosa cándida, la multipremiada novela islandesa que conquistó el mundo, traducida a 20 idiomas y ganadora de 7 premios literarios.


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