diumenge, 7 de febrer del 2016

Yo te quiero



Debolsillo nos presenta el final de la trilogía de Irene Cao, una serie que empezó con “Yo te miro” y “Yo te siento”, dejando para el final “Yo te quiero”, tres títulos que reflejan el espíritu de la trilogía como si el lector conociera a sus personajes, primero nos fijamos en sus personalidades, en sus aspectos, en aquello que vemos, poco a poco nos introducimos en su mundo, los empezamos a comprender, los sentimos como viejos amigos, los cuales comparten sus confidencias con nosotros y finalmente nos enamoramos de sus historias, nos perdemos en los paisajes italianos. 

Dicen que a veces hay que tocar fondo, caer y caer, hasta tocar el suelo con todos tus huesos, has de romperte en mil pedazos, dejarte llevar, abandonar el camino y quedarte solo para por fin reencontrarse con uno mismo y dejar de estar solo, a partir de ese momento catártico podemos empezar a reconstruir aquella persona que fuimos antes de caer, nunca palabras savias fueron tan acertadas como estas para mostrar la Elena que se encierra y esconde en Yo te quiero.

Leonardo le ha roto el corazón, ella ha desgarrado su relación con Filippo, se ha despachado con su amiga del alma Gaia y Paola se aleja de ella aunque siguen compartiendo piso.

Una Elena fría e insensible que sobrevive entre copa y copa, y desfila cada noche con un hombre distinto, con el corazón destrozado solo desea sentir y olvidar, pero cuanto más trata de olvidar más recuerda y cuanto más intenta sentir más insensible se siente. Un caparazón cada vez más grueso cubre nuestra vieja Elena.

Todo cambiará gracias a Lucrezia, el ancla de su mal, y un trágico accidente que la lleva al hospital donde se reencontrara con Leonardo, juntos intentaran resarcir sus corazones en la isla de Estrómboli, un lugar idílico, un pequeño paraíso escondido a plena vista donde palpita el corazón de la Tierra, el volcán Iddu.

Un lugar que quedo en el recuerdo de muchos cinéfilos gracias a la película “Stromboli, terra de Dio” de Rossellini y protagonizada por Ingrid Bergman y que yo he descubierto gracias a la mención de ella en la novela.   


¿Podrá el tiempo y el amor recomponer a Elena y a Leonardo? Dicen que no importa el final del viaje, sino el camino recorrido, y a ellos aún les queda camino por recorrer.

Una novela que deja atrás la sensualidad y picardía para embarcarse en un viaje donde los sentimientos fluyen libremente encontrando su camino página tras página.

La prosa fluida de la autora y sus descripciones que crean imágenes vívidas en la mente del lector, crean con el paisaje un personaje nuevo que interactúa de manera muy directa marcando tempos distintos, calmas en Estrómboli, dinámicas más rápidas en Messina e incluso caóticas en Roma.

Nada mejor para termina que un toque especial a una pareja que nos ha regalado momentos gloriosos llenos de lujuria, de sentimientos profundos y de perdida.  Una trilogía donde los personajes secundarios crean ambiente de familiaridad y el arte del gusto y el sabor combina a la perfección con el arte que se esconde tras firmas de pintores y escultores pasados. Un choque entre lo moderno y lo clásico, entre el pasado y el presente que catapultará al lector al futuro. 


Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada