“La oscuridad ha despertado”
Parece que Michael Grant en su
cuarta entrega de la saga Olvidados cede un poco de tranquilidad a los jóvenes
habitantes de Perdido Beach, pero como pronto descubriremos la tranquilidad es
efímera en un micro-mundo distópico.
Los caminos de nuestros protagonistas se separaran en diversas
bifurcaciones donde las preguntas no hallarán respuestas sino más preguntas.
Muchos conflictos personales y problemas logísticos crearan gran confusión,
sin olvidarnos de la Gayáfaga, de quien descubriremos el quid de su nombre
“Gaya” como el mundo y “faga” como un gusano o bicho que se come algo. Algo con
el nombre de “Comemundo” ya avisa de que sus intenciones no son buenas.
Tras “Olvidados”, “Hambre” y “Mentiras” nos encontramos con Plaga, donde la oscuridad quiere
destruir a los habitantes a la antigua usanza, con una plaga, la TSM (Tos
sobrenatural de la Muerte) como muchos la describirán.
De todas las entregas, esta es la más introspectiva con los personajes,
nuestros protagonistas han pasado por mucho y en algunos la humanidad se va
apagando poco a poco y otros descubren que pueden llegar a ser mejores de lo
que son.
Uno de los aspectos que más me ha gustado es como Petey, el pequeño niño
autista se va, está en coma, jugando en su mente con la oscuridad y donde su
propio cuerpo le molesta, una idea que hace pensar y reflexionar sobre la unión
de cuerpo y alma, y mostrará a Astrid, su hermana, una decisión muy dura a
tomar, una que muchos de nosotros no estaríamos dispuestos a tomar aunque el mundo
estuviera a punto de colapsar.
El pequeño Pete, el Dios de la ERA, es un niño enfermo, inconsciente y
agitado, muy volátil que nunca se había sentido más vivo y libre.
Descubriremos que antes de la ERA los científicos ya sabían que había algo
especial en los chicos de Perdido Beach pero que no hicieron nada y cuando se
plantean el deseo de ser libres, se dan cuenta que muchos de ellos no querrían
irse, ni que la barrera desapareciera, allí eran especiales, fuera solo serían
uno más.
Sam deberá luchar contra sus fantasmas y contra sus sentimientos por
Astrid, está deberá tomar la peor decisión de su vida, Edilio seguirá siendo el
más luchador del grupo, Lana descubrirá la verdad de Petey y se sentirá
arropada por Sanjit, Quinn se quedará con los pescadores, Albert continuará con
sus negocios, Diana cambiará su lealtad, pero la ciudad acabará dividida en
dos, los que se unirán a Sam y los que mostraran pleitesía a Caine.
¿A quién os uniréis? ¿Por quién luchareis? ¿Sobreviviréis?
Una saga que gana en intensidad entrega tras entrega y en la que
descubrimos personajes nuevos y perdemos viejos amigos, unos son encontrados y
otros son perdidos.
Molino nos regala una experiencia vital, una narración
sobre la supervivencia, sobre las diferencias, sobre la necesidad de reglas y
normas, sobre un grupo de críos que no tienen más remedio que luchar para
sobrevivir.
Perdido Beach nunca será lo mismo.
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