Si me preguntáis porque postulé por esta novela os diré que no fue por su título Almas en el páramo, aunque en él se esconde más de un misterio, ni por su autor Miguel de León aunque he de reconocer que después de haber leído esta novela voy a ir en búsqueda de su anterior novela “Los amores perdidos” ya que con su prosa me ha conquistado.
Lo que me sedujo antes de nada fue su portada, una mujer tapada con una capa roja, como una caperucita moderna, tez blanca, labios granates y ojos enmarcados con unas pestañas oscuras que esconden una mirada triste y una actitud pensativa.
Una mujer que no parece de nuestra época pero que podría ser de cualquier época y de cualquier lugar.
Nos enfrentamos a una saga familiar plagada de amores imposibles y dramas irreconciliables que se entremezclan con unos crímenes devastadores y aparentemente irresolubles.
La familia Altaterra acoge en su seno a un enigmático joven sin nombre, pero tiempo después lo repudia misteriosamente.
El expulsado se ve obligado a vagar durante treinta años. Cuando regresa, pasado y presente se confunden, y los amores secretos y las venganzas por saldar se entremezclan con una serie de crímenes cuyo desenlace estará íntimamente ligado al destino de la familia.
Estamos frente a una épica historia llena de pasión, morbo, odio, venganza, amor y tragedia, en la línea de las grandes sagas familiares de la literatura.
Si esperabais que os desgranará esta historia no es el caso, merece la pena que se guarden sus secretos y que el lector descubra lo que se esconde entre sus páginas de primera mano.
He disfrutado mucho su lectura y como siempre el sello P&J es sinónimo de éxito.
La prosa del autor es pulcra, limpia, capaz de tejer una historia compleja con un fundamento más espiritual que terrenal que nos llevará a reflexionar en más de un sentido sobre muchos aspectos mundanos.
Una apuesta muy interesante para estas vacaciones.
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