Novela finalista del Booker Prize, La librería de Penelope Fitzgerald es una delicada aventura tragicómica, una obra
maestra de la entomología librera que nos ofrece de manera impecable la Editorial Impedimenta.
Florence Green vive en un minúsculo pueblo costero de
Suffolk que en 1959 está literalmente apartado del mundo, y que se caracteriza
justamente por «lo que no tiene». Florence decide abrir una pequeña librería,
que será la primera del pueblo. Adquiere así un edificio que lleva años abandonado,
comido por la humedad y que incluso tiene su propio y caprichoso poltergeist.
Pero pronto se topará con la resistencia muda de las fuerzas vivas del pueblo
que, de una manera cortés pero implacable, empezarán a acorralarla.
Florence se verá obligada entonces a contratar como
ayudante a una niña de diez años, de hecho la única que no sueña sabotear su
negocio. Cuando alguien le sugiere que ponga a la venta la polémica edición de
Olympia Press de "Lolita" de Nabokov, se desencadena en el pueblo un
terremoto sutil pero devastador.
La librería es una novela muy rica en matices y evocadora de aquellos paramos en un pueblo de costa de los años 50 donde todos se conocen. Y es este hecho el que desemboca en un desenlace poco atractivo a la historia en mi modesta opinión.
Es una novela de costumbres, donde queda patente la vida y las dificultades de una mujer madura en el momento que decide dar un giro de 180º a su vida y pasar de ser una viuda tirando de sus ahorros a enfrentarse a la vida con coraje, valentía y una fuerte determinación para sobrevivir.
Un reflejo de cómo el poder y la clase social puede destruir incluso los sueños más bucólicos y puros frente a un ego posesivo e irreflexivo. Es una moneda con una cara y una cruz, un enfrentamiento entre el personaje de la Sra. Gamart (rica e influyente) y la Sra. Green (decidida a tomar las riendas de su vida).
Pero si he de ser sincera ninguno de estos personajes me ha llegado tanto como la pequeña Christine, una niña de 10 años con mentalidad adulta que sabe dar la vuelta con su ingenio a cualquier dificultad que encuentra, aunque sea con una regla en la mano. Y no nos podemos olvidar del amado "rapper", ¿qué sería de una casa vieja, húmeda y medio derruida en un pueblo perdido y fuerza incomunicado sin la aparición de fantasmas o poltergeist? Un toque de inmortalidad en un lugar que parece más muerto que vivo.
Realmente se ha dicho que tiene aspectos autobiográficos de la vida de la autora, tal como escribe y perfila el paisaje y los claros detalles de cada uno de sus vecinos y la situación política. Recalcaría que fue muy valiente en el proceso de plasmar sus ideas y convicciones en el papel, aunque el final parece haber sido reescrito con una mano más centrada y no tan pasional.
La librería es dinámica y muy rápida de leer, ideal para llevar en el metro, en el autobús o donde se quiera. ¿Quién no se ha sentido atrapado en una librería, con aquellas portadas a cual más impresionante y no sabiendo qué decidir? Esto es lo que encontrareis en esta novela. El sueño de cualquier lector.
La librería es una novela muy rica en matices y evocadora de aquellos paramos en un pueblo de costa de los años 50 donde todos se conocen. Y es este hecho el que desemboca en un desenlace poco atractivo a la historia en mi modesta opinión.
Es una novela de costumbres, donde queda patente la vida y las dificultades de una mujer madura en el momento que decide dar un giro de 180º a su vida y pasar de ser una viuda tirando de sus ahorros a enfrentarse a la vida con coraje, valentía y una fuerte determinación para sobrevivir.
Un reflejo de cómo el poder y la clase social puede destruir incluso los sueños más bucólicos y puros frente a un ego posesivo e irreflexivo. Es una moneda con una cara y una cruz, un enfrentamiento entre el personaje de la Sra. Gamart (rica e influyente) y la Sra. Green (decidida a tomar las riendas de su vida).
Pero si he de ser sincera ninguno de estos personajes me ha llegado tanto como la pequeña Christine, una niña de 10 años con mentalidad adulta que sabe dar la vuelta con su ingenio a cualquier dificultad que encuentra, aunque sea con una regla en la mano. Y no nos podemos olvidar del amado "rapper", ¿qué sería de una casa vieja, húmeda y medio derruida en un pueblo perdido y fuerza incomunicado sin la aparición de fantasmas o poltergeist? Un toque de inmortalidad en un lugar que parece más muerto que vivo.
Realmente se ha dicho que tiene aspectos autobiográficos de la vida de la autora, tal como escribe y perfila el paisaje y los claros detalles de cada uno de sus vecinos y la situación política. Recalcaría que fue muy valiente en el proceso de plasmar sus ideas y convicciones en el papel, aunque el final parece haber sido reescrito con una mano más centrada y no tan pasional.
La librería es dinámica y muy rápida de leer, ideal para llevar en el metro, en el autobús o donde se quiera. ¿Quién no se ha sentido atrapado en una librería, con aquellas portadas a cual más impresionante y no sabiendo qué decidir? Esto es lo que encontrareis en esta novela. El sueño de cualquier lector.
Un buen libro es la preciosa savia del alma de un maestro, embalsamada y
atesorado intencionadamente por una vida más allá de la vida, y como tal, no
hay duda de que debe ser un artículo de primera necesidad.
Si aún no os he convencido, en breve se estrenará en la gran
pantalla su adaptación filmográfica firmada por Isabel Coixet y un elenco de
grandes figuras de la interpretación.
Como siempre yo os recomiendo primero leer la novela, pero
os dejo su tráiler para seduciros visualmente.
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