dilluns, 12 de desembre del 2022

Sunakay

Gracias a Babelio y a su Masa Crítica he podido disfrutar de un libro ilustrado, un relato dirigido a nuestros niños, a la generación futura quienes a través de esta maravillosa obra podrán vislumbrar un futuro al que estamos abocados a no ser que le pongamos remedio.

Antes de entrar en materia os diré que Sunakay es una oda a nuestros mares y un himno a la necesidad de proteger el planeta, más allá de ser un álbum sobre los plásticos en el mar. A través de la narrativa visual y la poética del texto y las ilustraciones, nos adentramos en un mundo distópico donde dos hermanas luchan en su día a día para sobrevivir en un contexto al que han sido abocadas por los residuos marítimos y el deterioro del medioambiente.

Meritxell Martí nos narra una historia dura en un ambiente hostil pero con una llama de esperanza mientras que Xavier Salomó nos dice mucho sin decir nada a través de sus ilustraciones grandes y vividas.

Tenemos entre manos un libro de gran formato, de tapas duras, hojas gruesas y digno de una editorial como Flamboyant.

Sinceramente y robando un poco de la visión crítica de los autores, creo que a veces las lecturas para los niños son demasiado fantasiosas y edulcoradas, cosa que es excelente para desarrollar su fantasía y su imaginación pero a veces nos olvidamos de su sentido crítico, de que con un cuento se puede educar y crear un dialogo con ellos, invitarles a hacerse preguntas sobre su mundo. Este cuento tiene ambas cosas.

Nuestras protagonistas son dos hermanas Sunan y Kay, que viven o mejor dicho sobreviven en una isla de plástico y basura sobre el mar. Sus días transcurren buscando tesoros en el fondo del mar para poderlos intercambiar por comida, la pesca ya no es una opción dado que en el mar no queda nada vivo, el mar está muerto y sus nuevos habitantes son las islas de basura, como alguna que ya existe actualmente en la zona del Pacífico.

Aunque todo podría cambiar si un mar enfurecido decide devolver cada cosa a su lugar, aunque eso no sea en este relato un final de fueron felices y comieron perdices.

Una fuerza atávica está a punto de emerger.

Un regalo excelente para estas fechas, no lo dejéis escapar.

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