Si hablamos de cuatro hermanas en la época de la Guerra Civil de los Estados Unidos, podrían ser diversas respuestas a la búsqueda de un título, pero si hablamos de Meg, Beth, Amy y Jo, ya tenemos el título de Mujercitas.
Para muchos nada nuevo bajo el sol, pero he de reconocer que la edición ilustrada publicada por Lumen vale su peso en oro, cierto es que las palabras no han cambiado y que la voz de Louisa May Alcott resuena contundente en cada página, pero en esta edición se ha transformado en algo mucho más cálido, con pequeñas ilustraciones dispersas entre sus capítulos a blanco y negro y una representación a color en el centro de sus protagonistas y su hogar, también muestran parte del alma de Riikka Sormunen, autora de las ilustraciones.
Esta obra nos recuerda en muchos aspectos la novela de John Bunyan, El progreso del peregrino, tanto en su estructura, como en las referencias y alusiones en los títulos de algunos de sus capítulos.
Cuatro jóvenes hermanas que deberán soportar el día a día en una época oscura, donde la guerra las aleja de su padre y la necesidad tanto propia como de sus vecinos dará un fruto muy inesperado, el alimento del alma por medio de la amistad, el amor y la compasión.
Las cuatro hermanas March, son muy distintas entre sí y cada una de ellas representa un pecado del cual se redimirán con el tiempo y el aprendizaje.
Jo tiende a dejar salir a pasear su ira con frecuencia y sus bastos modales varoniles no son del agrado de la época. Su pasión por la lectura y la escritura la llevaran a las puertas de la educación. Lo mejor de su personaje es la ironía y su visión del mundo.
Meg, la responsable, la de la cara angelical, la belleza personificada, peca de vanidad, es un personaje muy de la época, la “mujercita” casi perfecta.
Beth peca de tímida y callada, adora tocar el piano y siempre está dispuesta a ayudar a los demás.
Amy, como buena hermana pequeña es egoísta, su belleza rivaliza con la de Meg y está especialmente dotada para las artes pictóricas.
La vida dará golpes muy duros a la familia March, pero nadie ha dicho que la vida sea fácil ni por asomo.
Los personajes corales son el soporte perfecto para estas cuatro hermanas, gracias a sus amistades maduraran y encontraran su lugar en el mundo.
Mujercitas es un símbolo de la literatura, pocos son los que no lo han leído o como mínimo han visto alguna de sus adaptaciones cinematográficas y a cada uno de nosotros nos aporta un punto de vista diferente desde la perspectiva de las jóvenes a madurar en una época donde los tules y los sombreros de las clases altas chocaban frente a las necesidades de familias que subsistían gracias a sus vecinos.
Cada uno puede identificarse con un personaje en concreto, a mí me encanta Jo, irónica hasta el final pero apasionada por las letras, lo único que esos modales no me acaban de convencer, pero a la vez la hacen humana.
Si os quedáis con ganas de más os recomiendo “Hombrecitos”, la novela retoma personajes de Mujercitas y es considerada por algunos el segundo libro de una trilogía no oficial de Mujercitas, que se completa con su novela de 1886, “Los muchachos de Jo”.
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