Nos reencontramos con Romain Puértolas, autor de “El increíble viaje del faquir que se
quedó atrapado en un armario de Ikea” y “La niña que se
tragó una nube tan grande como la torre Eiffel”.
Su nueva novela publicada por Debolsillo nos mostrará sus dotes de policía, dado que él es
inspector del cuerpo y a su vez tratará
temas como el racismo, el machismo y los métodos poco ortodoxos de nuestra
nueva amiga.
Todo un verano
sin Facebook se presenta con una portada colorista, llamativa y que describe a la
perfección a Agatha Crispies, una policía afroamericana, con curvas generosas,
adicta a los hombres buenorros y a los donuts de chocolate.
En palabras del propio autor esta es una
anti-novela negra, nos muestra la realidad del oficio de policía y para
aquellos lectores detectives que tienen a manía de leer la última página para
descubrir quién es el asesino os espera una trampa al final.
Agatha Crispies es policía en Nueva York pero tras
un caso mal cerrado y unos métodos detectivescos muy poco ortodoxos se verá
enviada a Nueva York en Colorado, una ciudad insulsa y aburrida donde nunca
pasa nada y por no tener no tienen ni internet y donde la radio de la policía
es usada básicamente para pedir pizzas.
Allí solo proliferan los hombres racistas y
machistas como su nuevo jefe que deberá enfrentarse a sus prejuicios.
Agatha tiene una gran pasión por la lectura, ha
leído todo o casi todo y decide aprovechar el tiempo creando un grupo de
lectura, hecho que aportará al lector muchas referencias literarias y
personalmente me ha picado con algún título por leer.
Pero no todo podía ser tranquilo y un asesinato
revoluciona a toda la comunidad, un hilo del que nuestra Agatha irá estirando
para encontrar el culpable.
He de destacar la prosa fluida del autor, atrapa
desde el principio y gracias a la detallada construcción de sus personajes
acabamos calzando los zapatos de Agatha y con unas terribles ansias de mordisquear
un donut de chocolate.
Nos presenta
una América profunda, oscura y llena de prejuicios, una comunidad cerrada que
se enfrentará con una mujer que se ha puesto el mundo por montera y que es como
es y no cambiará por los demás.
Del mismo modo me gusta el juego de palabra en el
nombre de la protagonista quien nos evoca a la gran dama de las letras Agatha
Christie, quien creo detectives perspicaces y con métodos propios, un detalle
que comparte nuestra Agatha haciéndola tan especial.
Bienvenidos a un Nueva York diferente y aburrido
que está a punto de revolucionarse.
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