Joël Dicker ha encontrado la fórmula mágica
para que su novela La verdad
sobre el caso Harry Quebert sea un éxito a gran escala y gracias, en gran
medida, al boca a boca. Una novela que ganó el gran premio de la novela de la
Academia Francesa, el Premio Lire a la mejor novela en legua francés y el
Premio Goncourt de Lycéens. Si alguien os pregunta sobre un libro para las
vacaciones, para regalar o simplemente para disfrutar, este título es una
apuesta segura.
Si tuviera que
resumir que se esconde en una novela de seiscientas sesenta y seis páginas,
diría que encontrareis crímenes, intriga, investigación policial, xenofobia,
giros argumentales que descolocan al lector, lolitas, maltratos, amor, amistad
y lealtad.
La historia se
centra en la desaparición de Nola Kellergan, de quince años, en 1975, en la
pequeña ciudad de Aurora, en New Hampshire, una ciudad inspirada en la ciudad
de Bar Harbour (Maine). Treinta y tres años después el cuerpo es encontrado y
se acusa de su muerte al profesor Quebert. Mientras este se encuentra en
prisión su pupilo y mejor amigo, el escritor en horas bajas, Marcus Goldman intentará
descubrir que ocurrió la fatídica noche del 30 de agosto de 1975.
Esta es la
línea argumental sobre la que se va entrelazando en espiral la historia que nos
va explicando Marcus sobre como Harry Quebert cambio su vida y que le motiva a
ayudarlo a expensas de su propia reputación. Este segundo hilo argumental nos
llevará hacia el año 1998. En definitiva, Joël
Dicker, no solo construye un puzle de intriga y misterio, sino que le añade
aspectos y detalles temporales, dotándola de una profundidad tridimensional.
Una novela que
mantiene al lector en alerta, devorando páginas y creando y destruyendo teorías
sobre la pregunta ¿Quién mató a Nola? que no ¿Quién mató a Laura Palmer?, un
thriller que recoge el trabajo policial y la minuciosidad de investigación de
Marcus, con un giro sorprendente al final, dejando fuera de combate a todo
amante del género negro.
He de reconocer
que la trama es excepcional, los paisajes, las descripciones, la dinámica
encajan muy bien entre ellos, pero los personajes, en mi modesta opinión, son
un poco flojos, se diluyen entre ellos, transformando una novela de carácter en
una novela demasiado coral.
Una curiosidad
que me ha dejada perpleja son los cambios de capítulos, estos van introducidos
por una página numerada en orden descendente que tras un título muy pensado
introduce los consejos que Harry Quebert va dando a Marcus sobre cómo escribir
un buen libro y cómo afrontar la vida. Ideas profundas o breves diálogos para
enmarcar aspectos que marcan el carácter de su relación y de la madurez que irá
adquiriendo su pupilo, personalmente me quedo con “La tormenta” y “El principio
Barnaski”, verdades como puños que harán pensar al lector.
La pregunta que
me queda por poder responder es si realmente Marcus Goldman está inspirado en aspectos
vitales del propio autor: ambos escriben su segunda novela, son jóvenes y
mantiene una relación de amistad y veneración hacia la persona que les empujo
hacia un camino difícil pero lleno de satisfacciones.
Esta apuesta
llega ahora al lector de la mano de Debolsillo,
en un formato con tapa dura y sobrecubierta. Os dejo las primeras páginas.
Como el propio
personaje de su novela, deberíamos considerar que las obras maestras no se
escriben. Existen por sí mismas, y La
verdad sobre el caso de Harry Quebert existe.
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