Normalmente no escojo los libros por
sus portadas, me gusta saber un poco más de ellos antes de decidirme por ellos,
pero esta vez he de confesar que me enamoré de la portada de El guardián de los objetos perdidos.
Su título me llevó a pensar en todos
aquellos objetos que a lo largo de nuestra vida han ido desapareciendo
olvidados en quién sabe dónde y que jamás regresan a nuestras manos pero que
quizás formen parte de la vida de otra persona.
En una portada romántica, llena de
flores y naturaleza se esconde una llave oxidada que no sabemos que abre, un
botón azul que parece de la chaqueta de alguien, un medallón con la foto de una
desconocida y una pieza de puzle de un paisaje por conocer. Todos ellos
elementos que nos invitan a imaginar y en mi caso a leer la novela de Ruth Hogan que nos presenta Duomo Ediciones en su colección Los
imperdibles, aunque parezca un juego rocambolesco de ideas.
Esta novela entrañable nos presenta
a Anthony Peardew, un escritor de relatos que ha coleccionado objetos que ha ido
encontrando a lo largo de su vida con la intención de devolverlos a sus dueños,
pero sus días están expirando y debe encontrar quien le suceda en esta
aventura.
Laura será la persona elegida, una
mujer que huye de su pasado y que en Padua, el hogar de Anthony recupera la paz
y se entrega a su nuevo cometido.
Ella junto a Sunshine, una vecina
que ejerce un magnetismo muy especial y que el lector adorará y Freddy, el
jardinero, empezaran a descubrir la importancia de las segundas oportunidades y
no solo de los objetos, sino de las personas que irán encontrando a lo largo de
su nuevo camino y que se transformaran en amigos.
Esta historia se enlazará con la de
Bomber y Eunice que empieza cuarenta años antes y que aunque parecen estar
desligadas se irán entretejiendo hasta formar una al final de la novela.
A demás muchos de los objetos
perdidos nos explicaran su propia historia, breves relatos dentro de la novela
que pican la curiosidad y en ningún caso se encuentran fuera de lugar o
forzados en la lectura.
Con una prosa ágil, profunda,
sincera y emotiva nos encontramos con una historia escrita en un momento muy
duro de la autora y que traspasa sus páginas hasta llegar al alma del lector.
Sus personajes son sólidos,
definidos y una auténtica maravilla, perderse esta novela sería una lástima, si
la empezáis no podréis dejarla escapar.
Aquí os dejo sus primeras páginas.
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