Lucía
de Vicente, ha sido la merecida ganadora del VIII Premio Vergara - El rincón de la
novela romántica – con la novela Tras la
estela de un sueño, una novela que juega con muchos matices y que nos
llevará a conocer historias muy duras pero que afortunadamente consiguen su
final feliz, o al menos ofrece la oportunidad de redención y superación a sus
protagonistas.
Si os soy sincera aún no he digerido del todo la novela
ya que toca muchas teclas y por desgracia muchas podrían ser demasiado reales y
crueles, así que os daré algunas pinceladas.
Muchas vidas confluyen en esta historia y cada una de
ellas tiene un sueño por cumplir. Nuestra protagonista es Cristina, una
ingeniera informática que está creando la página web de la Fundación Ángeles
Olvidados junto a su director, un hombre que la saca de sus casillas, que la
trata con frialdad y que le pone pegas a todo.
En una de sus reuniones él, Rafa, la deja con la boca
abierta y con la cita anulada en sus narices, al pedirle explicaciones descubre
a Niki, un niño protegido por la Fundación que está muy enfermo en el hospital
y ante la negativa de Rafa de llevarla con él, decide tomar sus propias
decisiones.
Así es como la vida unirá a Cris con Niki, un niño que le
robará el corazón desde el primer momento y a quien gracias a su corazón de oro
salvará de una maldita enfermedad llamada leucemia que no respeta ni a los
niños. Así como se nos introduce una relación de cariño y afecto, descubrimos
el motivo por el cual Cristina toma sus decisiones y la verdadera historia de
Niki.
Poco tardará Cristina en pedir la custodia del niño y la
posible adopción con la ayuda de su familia, a la que vais a adorar y reír con
su manera peculiar de hablar, pero lo que no espera es que tras sincerarse con
Rafa este se vuelva su aliado más fiero.
Rafa es un abogado con una hija pequeña, Paula, un amor
de cría que lo único que quiere es una mama. Rafa desconfía de Cristina al
principio pero después deberá descubrir realmente que es lo que siente por su
pitagórina.
Así, de una manera casi providencial se transforman en
una familia disfuncional cada uno con un niño y a su vez intentando descubrir
un nosotros posible entre ellos.
La trama se complica y endurece cuando al investigar el
juez que lleva la custodia del niño descubren un grupo de hombres importantes
con gusto por los menores y que parecen
más una secta de pedófilos.
Álex, el mejor amigo de Rafa, lo investigará por varios
motivos y uno de ellos es que esta trama se remonta a cuando él estaba en un
centro de acogida y veía lo que sucedía pero necesita pruebas.
Tres adultos y dos niños que intentan superar sus propios
miedos y cicatrices para poder hacer justicia y tener un futuro lleno de amor y
risas.
Seguro que he hablado demasiado pero con una prosa fluida
la autora me ha seducido, ha logrado enamorarme de sus personajes y a su vez
tener ganas de acabar con alguno. Ha combinado a la perfección el amor con el
sexo, mostrando la importancia de lo uno con lo otro, las relaciones
familiares, las diferencias entre ellas y la inocencia y miedo que puede
atenazar el corazón de un niño a ser abandonado.
He llorado y he reído, pero sobretodo he sentido.
Os dejo sus primeras páginas que nos cede Vergara. No la dejéis escapar, vale su
peso en oro.
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