Una libra de carne es mucho más que una novela picante, es una clara
referencia a Shylock, el usurero judío de “El mercader de Venecia” del gran
William Shakespeare. Shylock pedía a cambio de sus préstamos no correspondidos
una libra de carne, era el pago de la deuda y en esta novela se refleja
claramente esta idea de la deuda moral entre diversos personajes.
Sophie Jackson nos presenta a dos personajes que parecen muy distintos, Ella es
Katherine, de pequeña vio como unos matones mataban a su padre y ella salvo la
vida de milagro gracias a un niño desconocido que la aparto, escondió y
consoló. Kat prometió a su padre que devolvería a la sociedad lo que ella había
recibido y se transformó en una gran profesora que se dedicaba a presos, no
quiere dejar a nadie sin la oportunidad de mejorar.
En la cárcel conoce a
Carter, un preso lleno de ira y amargura, pero que en sus ojos se esconde una
historia triste desde el mismo momento que nació, aunque tras una coraza muy
dura esconde un corazón bueno, leal y honesto. Solo os diré que la condena de
Carter es su libra de carne.
Él es su alumno y ella su
profesora y aunque son dos adultos no puede haber nada entre ellos ni dentro ni
fuera de la cárcel o Carter lo perdería todo. El problema es que por mucho que
se contengan, cuanto más se conocen más se entienden y más se desean.
Carter es mucho más de lo
que aparenta, es un joven que ha luchado toda su vida por lo que le pertenece y
aunque su familia parece odiarlo está decidido a recuperar lo que es suyo.
La familia y algunos
amigos de Kat representaran el papel del esnobismo y el prejuicio frente a dar
segundas oportunidades ignorando que la historia puede tener más de una
versión. Esto hará decidir en la balanza el corazón de Kat.
La prosa fluida hace que
la trama centrada en la cárcel y en las traiciones familiares sea dinámica, no
se estanca en dar muchas vueltas a las cosas, va directa con voz clara a decir
lo que quiere decir y lo hace con contundencia.
Sus personajes son
detallados y bien construidos, son creíbles, aunque reconozco que la trama
romántica está muy lograda consigue darle el contrapunto con la idea de la
dificultad de la reinserción. Consigue que mientras lees la obra calces los
zapatos de Kat y te enamores perdidamente de Carter, pero si lo pensamos
fríamente también es muy comprensible el miedo de su madre frente a una posible
relación entre ellos.
Una novela que nos ofrece
Esencia donde el destino marcó la
vida de dos niños hace muchos años y cuyo recuerdo les llevará a descubrir la
importancia de cada uno de ellos en la vida del otro.
Aquí os dejo sus primeras páginas, dejaros seducir por el lado canalla del romance, las vistas al océano
y una banda sonora y literaria propia.
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