Entramos de lleno con un dramático final a la
última entrega de la trilogía “La Era de los Cinco Dioses” de la mano de Trudi
Canavan, una autora que ha conseguido un éxito muy merecido tras las
publicaciones de las “Crónicas del mago negro”, “La maga” donde se
recogen sus orígenes, la trilogía “La espía Traidora” y finalmente con esta
trilogía que cierra un circulo de cinco coincidiendo de manera voluntaria o no
a la relación que el lector encontrará en su novela con relación a este número.
Hagamos un breve repaso a las entregas anteriores
para poder entrar de lleno en La voz de los Dioses,
una voz que se oirá alta y clara aunque con propósitos un tanto oscuros.
En su primera entrega "La sacerdotisa blanca"
nos introducía nuevos personajes y un conflicto social y religioso entre los
tejedores de sueños y los sacerdotes, y donde Auraya se convertía en una de los
elegidos por los Dioses, Auraya la Blanca, y jugaría un papel clave en lo que
parecía se dibujaba en el futuro como una gran partida de ajedrez donde los Blancos
deberían luchar contra un enemigo en ciernes.
En "La hechicera indómita"
descubriremos el resultado de la lucha interna que sufren los Blancos, Auraya
vivirá dos vidas en una, mostrará una cara de día intentando reconciliar los
dos bandos en lo que parece un gran tablero de ajedrez, pero su lucha interna
se cierne por la noche cuando las pesadillas salen desde las sombras para
atormentarla.
En este cierre nos reencontramos con Auraya, que
después de rechazar su condición de blanca y en su papel de defensora de los
siyís, se verá de nuevo en medio de un conflicto y deberá decidir si seguir los
deseos de los Dioses o seguir su propio corazón y el dictado de su alma.
Mientras, en la cara de la moneda, Mirar,
reencuentra la aprobación entre los tejedores de sueños y Emerahl puede por fin
unirse a los Pensadores para sumirse en la búsqueda del pergamino de los
dioses.
Los pentadrianos, empeñados en vengarse de los
conquistadores circulianos, se dedican a urdir planes y conspiraciones para
vencer a sus enemigos sin entrar en conflicto directo. Tal vez la clave de todo
esté en los indómitos, que emprenden la investigación de enigmas enterrados
hace mucho tiempo: secretos que podrían cambiar el mundo...
No os voy a desvelar nada de la trama, es un final
muy completo, si ya de por si la autora nos tiene acostumbrados a cerrar muy
bien los capítulos y a dejarnos con ganes de más, en esta conclusión se ha
superado. Estoy segura que no gustará a todos los lectores, pero a mí me ha
ganado de nuevo.
Regresar a Ithania ha sido un
gran regalo, poder continuar la historia con la voz de diversos protagonistas,
cada uno dando su punto de vista hacia el conflicto que podrá destruir los
muros de los grandes secretos, fluctuando la solidez y la presencia de algunos
personajes y transportando a otros a un segundo plano donde la carga de la
narración recae de manera más suave.
Debolsillo ha cumplido
con el gran reto de llevarnos a un mundo donde los Dioses gobiernan el mundo y
los conflictos sociales y religiosos crean una sociedad desigual pero muy rica
a la par.
Un final en 650 páginas que pasan en un suspiro,
reconozco que me costó entrar de nuevo en la historia pero una vez recuperas
ese hilo no puedes dejarlo ir, necesitas saber qué sucederá con los
protagonistas y a su vez con los pueblos, con los Indomitos, los Circulianos,
los Pentadrianos y los Dioses.
Trudi Canavan sabe cómo seducir al lector con su
prosa fresca y su gran imaginario, es una escritora muy detallista que deja
poco al azar, sus tramas tienen muchos detalles y el lector casi se puede hacer
una imagen mental de las tierras, de los pueblos y de los personajes.
Un final sorprendente que dejará
al lector satisfecho y con ganas de conocer nuevos mundos de la mano de su
autora.
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