dissabte, 19 de desembre del 2015

Un desastre es para siempre



Jamie McGuire cierra la historia a dos voces de Abby y Travis en Un desastre es para siempre.

Conocimos a estos dos jóvenes tan dispares en “Maravilloso desastre” y en “Inevitable desastre” unas novelas que se complementa dando la visión de ella y la de él sobre su vida, su mundo y su relación.

Un desastre es para siempre es como una culminación de una historia que ya estaba escrita, un final para “Maravillosos desastre” pero no para “Absoluto desastre”, dado que en este último hay un epílogo que va más lejos en la línea temporal que está última publicación.

La idea de plasmar en una serie de novelas el mismo hilo conductor pero con la voz de narrador intercalando la personalidad de cada protagonista es una idea muy arriesgada, dado que podríamos considerar que leída una visión ya está la historia explicada, pero Jamie McGuire sabe cómo atrapar al lector haciendo de su serie una novela completa entregada por partes, en cada una de ellas se añaden sucesos que marcan a cada uno de los personajes y que aportan luz a sus sombras.

Un desastre es para siempre nos muestra como los jóvenes protagonistas están a punto de cometer el mayor error de su vida o el mayor acierto. En voz de Abby descubriremos sus sentimientos por Travis, pero también sus miedos al futuro y como decide cambiarlo todo por salvar a la persona que ama.

Abby se nos había mostrado hasta el momento como la chica sensible pero racional, una chica fuerte pero con un corazón débil hasta que conoce a Travis y con él descubre su verdadera fuerza, su verdadero yo y su potencial.

Travis era un chico malo, ligón, duro, lleno de tatuajes, que envolvía su ser con un muro de hormigón para que nadie pudiera ver el tierno corazón que habitaba en su pecho hasta que Abby irrumpió en su vida resquebrajando poco a poco el muro hasta dejarlo por los suelos.

Los dos juntos maduran, su relación es como una montaña rusa y parece que la vagoneta va sin frenos, pero ¿Quién ha dicho que el amor es fácil a los dieciocho años?

Finalmente aquel maravilloso desastre que empezó como un choque de trenes está a punto de llegar a la estación del matrimonio, quizás los motivos no son los más adecuados, quizás deberían esperar, quizás… hay tantos quizás al tomar una decisión que es mejor dejarlos a un lado y ver si el tren descarrilará o llegará a una gran estación central.

Un final de historia que se lee en un suspiro, gracias a la agilidad de la pluma de la autora y al juego de contraste entre los protagonistas, todas as historias tienen dos versiones la de ella y la de él, aquí encontrareis la de los dos.

Hay que reconocer que a veces benditos son los desastres.

¡Debolsillo os invita a todos al enlace de los señores Maddox!


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