diumenge, 15 de febrer del 2015

Entrevista Elisabeth G. Iborra



Apreciados amigos lectores, hoy tenemos el inmenso placer de entrevistar a Elisabeth G. Iborra, autora de la novela El amor me persigue, pero yo soy más rápida, en la que se descubre como una nueva flamante pluma de la ficción rojo pasión.



Sabemos de ella que es periodista y escritora, que profundiza en los temas que trata hasta su último aliento y que no da puntada sin hilo. Estos datos y alguno más los podemos encontrar en cualquiera de sus contraportadas. Para aquello que no sabemos no hay nadie mejor que ella misma para contárnoslo.

De pequeños todos queremos ser algo especial de mayores, bomberos, astronautas, bailarinas… ¿Qué querías ser tú? Yo, a los seis años, le dije a mi madre que quería ser periodista. Y me miró como pensando: Joer, qué niña más rara. Esa es mi luz y mi cruz, nunca he podido ser otra cosa, no sé hacer otra cosa, no quiero hacer otra cosa. Aunque en los últimos años mi profesión esté muy depauperada, no me doy por vencida y sigo empeñada en vivir de mi pasión, de mi hobby, de mis letras. No sería feliz si me bifurcara de mi camino.

¿Cuándo descubriste que el mundo de las letras y sus musos te estaban llamando? Llevo escribiendo para mí misma toda la vida. Y luego empecé a publicar reportajes en todos los medios del país, cuando terminé Periodismo. Con los libros no me atrevía porque soy desde pequeña una ávida lectora y tengo un alto concepto de la Literatura que me daba miedo no llegar a alcanzar nunca. Pero mi amigo el escritor Gabi Martínez me insistió en que si no lo intentaba, nunca sabría cómo se me daría escribir un libro. Empecé escribiendo libros periodísticos, y después de unos 10, me lancé también con esta novela, que era algo que jamás pensé que lograría ficcionar.

¿Cuál es tu lugar ideal para escribir? Donde me pille. He escrito en aeropuertos, en cafeterías, en una hamaca en el Caribe, en mi terraza tomando el sol, en todos los medios de transporte que he cogido en mi vida… No importa el lugar mientras tenga tiempo y me pille la inspiración concentrada. A partir de ahí, todo fluye y ya no puedo parar hasta que no lo saco todo de mi cabeza y me desahogo antes de que explote.

He leído que profundizas y te documentas mucho a la hora de escribir ¿te has inspirado en alguien en concreto para Mar y David? Para los libros periodísticos la investigación siempre es muy externa, basada en libros, entrevistas a expertos y a personas implicadas por el tema que estoy investigando. Para la novela me he basado en mi bagaje personal y en mis conocimientos sobre las relaciones y sobre las provincias en las que se desarrolla la historia. Mar es muy yo, y para David me he inspirado en varios hombres que han pasado por mi vida perforándome la cabeza y/o el corazón.

Si en este momento pudieras añadir algo a la novela o quitarlo ¿Lo harías? ¿Qué seria? Lo cierto es que la novela me salió del tirón y sólo chirrió el final, porque al principio metí con calzador uno que no me acababa de convencer, si bien, habría gustado a muchas más mujeres acostumbradas a este tipo de novela. Pero era una incoherencia absoluta por mi parte y por parte de mi personaje, así que lo cambié por el que realmente a mí me salía del alma, y creo que así suena mucho más auténtico y transmite mejor las ideas del amor, de las relaciones y el compromiso en las que yo verdaderamente creo.

Con El amor me persigue, pero yo soy más rápida nos muestras dos personajes con carácter, jóvenes y con unas mentalidades muy afiladas, y por otro lado a una juventud muy hípster y con bastantes pagafantas ¿Crees que la juventud actual está cerrada en un círculo vicioso de  tópicos dónde la mayoría solo se rige por la moda del momento? Bueno, en realidad, los personajes no son tan jóvenes, están a mitad de la treintena, a esa edad mis padres tenían una hija adolescente y otra pre púber. Lo que creo que caracteriza a mi generación, que yo llamé en un ensayo mío La Generación del Imposible, es esa huida del compromiso, normalmente porque preferimos estar solos a ceder en nuestros privilegios con tal de mantener una relación con otra persona. Eso no es una moda, es consecuencia de la libertad de elección tan alucinante que tenemos, de la capacidad de conocer a mucha más gente, de tener sexo sin compromiso, de ser felices plenamente aunque no tengamos una pareja ‘estable’. 

La búsqueda de Mar (nuestra protagonista) de sí misma la lleva a descubrir algo que no esperaba. ¿Qué crees fundamental en una pareja para que funcione? Mar encuentra lo que necesitaba encontrar, aunque no se lo planteara siquiera. Le faltaba aceptar esa parte femenina, que le brota cuando está con David porque le puede, no es capaz de evitarlo; le vencen la química, el deseo, el combate intelectual que mantienen ambos a un nivel que no puede dejar pasar; le empuja la necesidad de tocarlo, de estar a su lado; el miedo a perder a alguien que por primera vez siente de igual a igual. Creo que todos esos factores han de estar en una relación, si no, para mí, es como aceptar pulpo como animal de compañía.

Tu novela no habla de tabús, usa un lenguaje actual, llama a las cosas por su nombre y las descripciones del sexo son muy detalladas ¿Temes que este hecho pueda anular parte del fondo de la novela? Precisamente yo escribo así, casi a bocajarro, porque creo que es la mejor manera de que llegue al lector el contenido profundo que pretendo trasmitir, mi filosofía de vida, ideas y principios que pienso que podrían hacer más felices a mucha gente que sufre las ideas preconcebidas que le han imbuido. El humor, la sorna, la ironía, el lenguaje directo y llano, la naturalidad, etc. me parecen imprescindibles para divulgar sin que a nadie se le haga bola.

Escondes mucho más en tu novela de lo que parece, es profunda, hace pensar, es adictiva como el mejor chocolate y calienta la sangre de mala manera ¿Cómo se consigue combinar tantos aspectos en una sola trama sin desequilibrar la balanza? No tengo ni idea, la verdad, y me encanta que se perciba así. Gracias. Yo la he escrito a raudales, según me iba fluyendo de la mente a los dedos, no he preconcebido estrategias ni estructuras de ningún tipo. He dejado que todo se fuera ordenando según salía. Y quedó así de una forma casi milagrosa que a mí aún me tiene fascinada, por el proceso tan mágico que me permitió descubrir en la ficción.

En el fondo David y Mar tienen los mismos miedos y la misma necesidad de que les quieran por ellos mismos y no cambiar por la otra persona, llegando a la conclusión que a veces hay que ceder ¿Al escribir esta novela has tenido que hacer alguna concesión? Por suerte, no. La editorial no me ha tocado ni una coma, me ha permitido hasta concesiones literarias, como enmimismada, que me parece más lógico que decir estoy ensimismada cuando estoy hablando de mí misma, ¿no?. Lo único que no les gustó fue mi título, que yo quería que fuera El mar de Mar, pero me propusieron El amor me persigue pero yo soy más rápida y no dudé en reconocer que era infinitamente mejor, más divertido y, sobre todo, más certero con la historia que cuenta la novela. 

¿Qué tiene Elisabeth de Mar y qué tiene Mar de Elisabeth? Pues mucho, desde los pensamientos hasta el nudismo, pasando por la pasión por los vinos y las celebraciones de la vida en general. Lo que pasa es que Mar está en otra etapa por la que yo ya pasé, y eso me ha permitido construir el personaje con mucha perspectiva y con cierta madurez. Lo que es absolutamente ficción es la relación entre Mar y David. En especial, el erotismo tan arrasador que arde entre ellos no lo he vivido en la vida, ya me gustaría. No sé, de hecho, ni cómo salieron de mi fantasía esas escenas tan vívidas que me han dicho que está salvando matrimonios en crisis. 

Creo que esta novela regala a cada lector una oportunidad para darse cuenta de lo que quiere en su vida y de si está llegando a lo que quiere ser en realidad. ¿Qué crees que te falta o que te sobra para ser quien realmente quieres ser? Yo creo que lo que jamás nos puede faltar para ser lo que realmente queremos ser (o ya llevamos dentro pero hay que dejar que se manifieste) es el valor. Que no nos venzan los miedos al amor, ni a perder la zona de confort, ni a perdernos a nosotros mismos, ni a que nos hagan daño, ni a fracasar. Todo intento por cambiar a mejor sólo nos puede llevar a avanzar, aunque sea a través del dolor en algún momento. Pero sufrir es vivir también, tenemos que aprender a sufrir con dignidad y a mitigar las penas con vino, buena compañía, deporte y viajes, para que no se haga tan duro y nos merezca la pena seguir tirándonos por el precipicio. Siempre hay un mar abajo. 

¿Podremos leer en breve algún otro título de ficción tuyo? Esperamos que los musos estén cerca de ti. La verdad es que he empezado a escribir otra historia de amores muy surrealista que tengo en el cerebro, pero aún no está madura como para poder armarla. No brota, tiene que recomponerse ahí mientras yo acumulo experiencias y conocimientos para poder montar algo digno de ser publicado sin hacer vomitar a nadie.

Para finalizar nos gustaría que respondieras la que viene siendo la pregunta de la casa. ¿Qué pregunta nunca te han hecho y crees importante? Nos la puedes responder.

¿De dónde viene la G. de tu firma? La G. es mi primer apellido, que viene de García. Iborra es el apellido de mi abuelo, que era mi personita preferida en el mundo y tenía siempre la pena de que su apellido no iba a perdurar porque sólo tenía dos hijas y dos nietas. Así que le hice el homenaje de la posteridad, dentro de mis posibilidades. Pero conservo la G. por mi padre, que es el hombre más maravilloso del mundo, y no le podía restar lo esencial que es en mi vida.


Muchas gracias por tu atención y que Cupido nos coja confesados.


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