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Molino sorprende al público juvenil y no tan juvenil con la saga “Olvidados” una
apasionante aventura comparable a “Los juegos del hambre” o a la saga
“Divergente”.
Su primera entrega se esconde bajo una portada dominada
por una protagonista femenina y un grupo de jóvenes rodeados por una barrera,
donde podemos leer “Imagina un mundo sin adultos…” y el título Olvidados.
¿Será que los adultos se han olvidado de los jóvenes?,
¿Será que no les escuchan?, nada más lejos de la realidad, todo empieza una
mañana cuando de repente los adultos hacen puf, si habéis leído bien, hacen
puf, desaparecen, un segundo estaban ahí y un segundo después ya no hay ni
rastro de ellos, no queda nadie mayor de catorce años en Perdido Beach.
Como en todas las situaciones desesperadas habrá
personajes que tomen el control, personajes que se dedicaran a cuidar de los
demás, aquellos que ansiaran ocupar el poder y dominar a los demás y solo unos
pocos intentaran descubrir que ha sucedido y como pararlo.
Pero si con estos ingredientes no hubiera suficiente, Michael Grant añade efectos colaterales
a esta especie de cúpula o huevo que envuelve Perdido Beach, algunos de los
jóvenes empiezan a desarrollar poderes o capacidades que desafían las leyes de
física, los animales mutan genéticamente y hay una gran Oscuridad que acecha
más allá de la ciudad.
Al ser la primera entrega el autor pone toda la carne en
el asador y transporta con su pasión al lector a identificarse con los
personajes, unos jóvenes con caracteres muy definidos, que se ven abocados a
crecer de golpe y que han de tomar decisiones que pueden alterar aún más su
destino y el de los demás.
Sus descripciones son muy detalladas pero en ningún momento
se interponen en el tempo de las situaciones, el autor juega a la perfección
con una escritura dinámica y muy vital, con un detallismo extremo y una
pulcritud en su narración.
El lector se hará amigo de Sam, Astrid, Pete, Edilio,
Quinn (a ratos), Albert, Mary, Lana y muchos otros, pero todos los héroes
necesitan a sus villanos como Drake, Caine o Diana.
Algunos de ellos con poderes, otros sin ellos, pero lo
más importante es que se necesitan entre ellos, mostrando que las diferencias
no deberían separar a la gente, sino unirlas para complementarlas.
El personaje que más me ha emocionado es Pete, un niño
autista de cuatro años, hermano de Astrid pero con un poder muy especial.
¿Se podrá cruzar la barrera?, ¿Podrán descubrir dónde
están los adultos?, ¿Todos ellos seguirán desapareciendo al cumplir los catorce
años?... Solo os diré que un gran secreto se esconde en una pequeña caja y que
su contenido marcara a los personajes de una manera sorprendente.
¿Queréis saber más? En breve os presentaremos su continuación:
Hambre.
No esperéis a que os lo contemos y descubrid por vosotros
mismos un mundo dentro del mundo donde los jóvenes demostraran que los adultos
no siempre tienen razón, pero que su ejemplo marca a las generaciones futuras.
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