Este año se cumple un siglo de la Primera Guerra Mundial,
uno de los hechos históricos más deplorables de la humanidad del que nos
tendríamos que avergonzar todos pues vencedores y vencidos saldaron una cuenta
de destrucción, caída de militares y civiles y desolación que les costó muy
cara.
El mapa de Europa nunca más seria el mismo y el odio, la
tiranía y el poder podrían oscurecer hasta el brillo del sol. Quien dijo que el
hombre es el peor enemigo de su propia especie estaba en lo cierto, una
carnicería de la que aún hoy padecemos consecuencias está más viva que nunca en
Amapola negra la gran saga que nos
presenta su autor Francisco Melero.
Fruto de un gran trabajo de documentación, investigación
y dotado de una gran imparcialidad e inteligencia emocional tenemos entre manos
cuatro volúmenes que nos narran como se fue desarrollando este truculento
periodo histórico desde ambos puntos de vista.
El que aseguró que la historia la escriben los vencedores
no tuvo en cuenta a este gran autor que con su prosa nos enmarca de manera muy
clara y didáctica la Primera Guerra Mundial a través de unos personajes a los
que amas y odias a la vez.
Nosotros particularmente hemos leído I - Génesis 1914 y nos ha
llamado francamente la atención. Es una muy buena novela sin anacronismos y
llena de verdades que te ayuda a entender causas y consecuencias de su
gestación por ambos bandos y los entresijos de intereses de las alianzas entre
los países combatientes.
Henry Taylor es un joven de terranova que irá en busca de
sus raíces europeas en medio del caos, Otto von Durnstein privado de espíritu
bélico es enviado a l centro del conflicto, Enzo Salandra es un soñador pero es
enviado como piloto de las fuerzas alemanas, Brigitte Labenne, es una humanista
que está dispuesta a todo para concienciar y frenar el conflicto y Baltasar
Moné, falseará una tarjeta de corresponsal de guerra para hacer negocios en el
meollo de las represiones.
Con tan singulares personajes de todas las nacionalidades
involucradas y con diferentes creencias uno se engancha a una novela en la que
el tiempo parece desvanecerse y se convierte en fotografías que se clavan en la
mente y en el alma.
Si se lee como una novela es espectacular y no dudamos en
seguir a estos jóvenes en sus andanzas en los volúmenes II - Eclosión 1915 - 1916, III - Apogeo 1916 – 1917 y IV - Apocalipsis 1917 – 1918 aunque
cuando cierras le libro y tomas consciencia de que fue verdad y que aquello que
vivieron pudo ser en carne de propios antepasados se eriza la piel y alguna
lagrima de dolor y rabia puede deslizarse por las mejillas.
Gracias a Editorial
Gregal podemos documentarnos de un hecho que marcó nuestro pasado y ha
influido en nuestro presente y futuro a la vez de sumergirnos en una aventura
narrada con una pluma imparcial, realista y con un alto poder adictivo.
Igual que sus portadas es como un libro que se va
abriendo y expandiendo más y más como la amapola negra que cobra cada vez más
significado y paralelismo con el contenido de la narración.
Solo para acabar os dejamos con una reflexión:
Si dejamos en una isla desierta dos semillas vegetales y
volvemos al cabo de unos años encontramos vegetación, si dejamos en esa misma
isla a dos ejemplares de la misma especie pero de diferente sexo encontraremos
cachorros pero… si dejamos a dos seres humanos ¿Qué encontramos? Lo más seguro
es que encontremos a uno solo o en el peor de los casos a ninguno.
Ya lo decían los latinos Homo homini lupus. Con tanto
poder, ambición, ansia de crecer y ser importante no miramos a los de al lado.
Como mínimo podríamos aprender revisando esta historia y no repetir errores cometidos y andar desde el hoy un
camino menos traumático y más global. El cambio está en nosotros.
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