Cuando
empezamos esta novela titulada La felicidad debe de ser algo así vemos como el protagonista masculino
es una estrella que cree que lo tiene todo, podría pensar que tiene una casa enorme y carísima, viajes a Europa y Estados
Unidos, ropa nueva todos los meses, la mejor, la más cara, el último televisor
LCD, el más grande, uno en cada habitación para poder verse bien en su carrera
actoral.
La
oportunidad de ir a los mejores colegios, el mejor country de fin de semana, tener
los amigos, las mejores familias. Una moto antes de los 16, el coche antes de
los 18, el jet sky desde que aprendió a caminar.
Fiestas
todos los sábados, con el mejor catering, el DJ exclusivo, en el quincho para
200 personas. Las chicas, las más guapas, las más top, las mejor vestidas, las
más bronceadas.
Se repite la
palabra “tiene” pero… ¿es feliz así?
Aquí entra
nuestra chica, Ellie que un día recibe un mail equivocado de tan ilustre
estrella, obviamente con los nicks no se reconocen y establecen una amistad que
parece ir a más y más.
Ella tampoco
es feliz dado que guarda un secreto que la atormenta y se auto refugian en sus
mails cruzados y en el sentimiento de que alguien los entiende.
Viven lejos,
él en el ombligo del mundo situado en California y ella en el culo del mundo,
en Maine.
Un día se
decide la estrella y quiere ir a explorar ese mundo que le reconforta, quiere
conocer a esa chica especial que no le valora por su fachada.
Nada de todo
eso material le hizo feliz. Fue feliz por primera vez en su vida el día en que ella,
le dijo “te quiero”. ¿Cuánto vale un amor así? Una vida vale, vale su vida.
Jennifer E. Smith y su pluma fresca nos ofrecen una
novela juvenil donde el amor y la felicidad son los protagonistas, los propios
amos del destino y la diferencia entre ser y tener.
SUMA de Letras nos enseña que algunos se pasan la vida buscando la felicidad, cuando
no la encuentra se desesperan o se resignan a ser infelices toda la vida. El
problema es que la gente no entiende que la felicidad no existe en un lugar y
hay que ir a buscarla, porque la felicidad siempre está… está en una charla, en
un e-mail, en un amigo, en una mirada, en una sonrisa.
La felicidad
es algo tan simple que a veces no nos damos cuenta que está, y ese es el
problema.
Id
a su encuentro, ¡no os arrepentiréis!
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