Apreciados amigos lectores, hoy tenemos el inmenso placer de entrevistar a
Elisabeth G. Iborra, autora de la novela El amor me persigue, pero yo soy más
rápida, en la que se descubre como una nueva flamante pluma de la ficción rojo
pasión.
Sabemos de ella que es periodista y escritora, que profundiza en los temas
que trata hasta su último aliento y que no da puntada sin hilo. Estos datos y
alguno más los podemos encontrar en cualquiera de sus contraportadas. Para
aquello que no sabemos no hay nadie mejor que ella misma para contárnoslo.
De pequeños todos queremos ser algo especial de mayores, bomberos,
astronautas, bailarinas… ¿Qué querías
ser tú? Yo, a los seis años, le dije a mi madre que quería ser periodista.
Y me miró como pensando: Joer, qué niña más rara. Esa es mi luz y mi cruz,
nunca he podido ser otra cosa, no sé hacer otra cosa, no quiero hacer otra
cosa. Aunque en los últimos años mi profesión esté muy depauperada, no me doy
por vencida y sigo empeñada en vivir de mi pasión, de mi hobby, de mis letras.
No sería feliz si me bifurcara de mi camino.
¿Cuándo descubriste que el mundo de
las letras y sus musos te estaban llamando? Llevo escribiendo para mí misma toda la vida. Y luego empecé a publicar
reportajes en todos los medios del país, cuando terminé Periodismo. Con los
libros no me atrevía porque soy desde pequeña una ávida lectora y tengo un alto
concepto de la Literatura que me daba miedo no llegar a alcanzar nunca. Pero mi
amigo el escritor Gabi Martínez me insistió en que si no lo intentaba, nunca
sabría cómo se me daría escribir un libro. Empecé escribiendo libros
periodísticos, y después de unos 10, me lancé también con esta novela, que era
algo que jamás pensé que lograría ficcionar.
¿Cuál es tu lugar ideal para
escribir? Donde me pille. He escrito
en aeropuertos, en cafeterías, en una hamaca en el Caribe, en mi terraza
tomando el sol, en todos los medios de transporte que he cogido en mi vida… No
importa el lugar mientras tenga tiempo y me pille la inspiración concentrada. A
partir de ahí, todo fluye y ya no puedo parar hasta que no lo saco todo de mi
cabeza y me desahogo antes de que explote.
He leído que profundizas y te documentas mucho a la hora de escribir ¿te has inspirado en alguien en concreto
para Mar y David? Para los libros periodísticos la investigación siempre es
muy externa, basada en libros, entrevistas a expertos y a personas implicadas
por el tema que estoy investigando. Para la novela me he basado en mi bagaje
personal y en mis conocimientos sobre las relaciones y sobre las provincias en
las que se desarrolla la historia. Mar es muy yo, y para David me he inspirado
en varios hombres que han pasado por mi vida perforándome la cabeza y/o el
corazón.
Si en este momento pudieras añadir algo a la novela o quitarlo ¿Lo harías? ¿Qué seria? Lo cierto es
que la novela me salió del tirón y sólo chirrió el final, porque al principio
metí con calzador uno que no me acababa de convencer, si bien, habría gustado a
muchas más mujeres acostumbradas a este tipo de novela. Pero era una
incoherencia absoluta por mi parte y por parte de mi personaje, así que lo
cambié por el que realmente a mí me salía del alma, y creo que así suena mucho
más auténtico y transmite mejor las ideas del amor, de las relaciones y el
compromiso en las que yo verdaderamente creo.
Con El amor me persigue, pero yo soy más rápida nos muestras dos personajes con carácter, jóvenes y con unas
mentalidades muy afiladas, y por otro lado a una juventud muy hípster y con
bastantes pagafantas ¿Crees que la
juventud actual está cerrada en un círculo vicioso de tópicos dónde la mayoría solo se rige por la
moda del momento? Bueno, en realidad, los personajes no son tan jóvenes,
están a mitad de la treintena, a esa edad mis padres tenían una hija
adolescente y otra pre púber. Lo que creo que caracteriza a mi generación, que
yo llamé en un ensayo mío La Generación del Imposible, es esa huida del
compromiso, normalmente porque preferimos estar solos a ceder en nuestros
privilegios con tal de mantener una relación con otra persona. Eso no es una
moda, es consecuencia de la libertad de elección tan alucinante que tenemos, de
la capacidad de conocer a mucha más gente, de tener sexo sin compromiso, de ser
felices plenamente aunque no tengamos una pareja ‘estable’.
La búsqueda de Mar (nuestra protagonista) de sí misma la lleva a descubrir
algo que no esperaba. ¿Qué crees
fundamental en una pareja para que funcione? Mar encuentra lo que
necesitaba encontrar, aunque no se lo planteara siquiera. Le faltaba aceptar
esa parte femenina, que le brota cuando está con David porque le puede, no es
capaz de evitarlo; le vencen la química, el deseo, el combate intelectual que
mantienen ambos a un nivel que no puede dejar pasar; le empuja la necesidad de
tocarlo, de estar a su lado; el miedo a perder a alguien que por primera vez
siente de igual a igual. Creo que todos esos factores han de estar en una
relación, si no, para mí, es como aceptar pulpo como animal de compañía.
Tu novela no habla de tabús, usa un lenguaje actual, llama a las cosas por
su nombre y las descripciones del sexo son muy detalladas ¿Temes que este hecho pueda anular parte del fondo de la novela? Precisamente
yo escribo así, casi a bocajarro, porque creo que es la mejor manera de que
llegue al lector el contenido profundo que pretendo trasmitir, mi filosofía de
vida, ideas y principios que pienso que podrían hacer más felices a mucha gente
que sufre las ideas preconcebidas que le han imbuido. El humor, la sorna, la
ironía, el lenguaje directo y llano, la naturalidad, etc. me parecen
imprescindibles para divulgar sin que a nadie se le haga bola.
Escondes mucho más en tu novela de lo que parece, es profunda, hace pensar,
es adictiva como el mejor chocolate y calienta la sangre de mala manera ¿Cómo se consigue combinar tantos aspectos
en una sola trama sin desequilibrar la balanza? No tengo ni idea, la
verdad, y me encanta que se perciba así. Gracias. Yo la he escrito a raudales,
según me iba fluyendo de la mente a los dedos, no he preconcebido estrategias
ni estructuras de ningún tipo. He dejado que todo se fuera ordenando según
salía. Y quedó así de una forma casi milagrosa que a mí aún me tiene fascinada,
por el proceso tan mágico que me permitió descubrir en la ficción.
En el fondo David y Mar tienen los mismos miedos y la misma necesidad de
que les quieran por ellos mismos y no cambiar por la otra persona, llegando a
la conclusión que a veces hay que ceder ¿Al
escribir esta novela has tenido que hacer alguna concesión? Por suerte, no.
La editorial no me ha tocado ni una coma, me ha permitido hasta concesiones
literarias, como enmimismada, que me parece más lógico que decir estoy
ensimismada cuando estoy hablando de mí misma, ¿no?. Lo único que no les gustó
fue mi título, que yo quería que fuera El mar de Mar, pero me propusieron El
amor me persigue pero yo soy más rápida y no dudé en reconocer que era
infinitamente mejor, más divertido y, sobre todo, más certero con la historia
que cuenta la novela.
¿Qué tiene Elisabeth de Mar y qué
tiene Mar de Elisabeth? Pues
mucho, desde los pensamientos hasta el nudismo, pasando por la pasión por los
vinos y las celebraciones de la vida en general. Lo que pasa es que Mar está en
otra etapa por la que yo ya pasé, y eso me ha permitido construir el personaje
con mucha perspectiva y con cierta madurez. Lo que es absolutamente ficción es
la relación entre Mar y David. En especial, el erotismo tan arrasador que arde
entre ellos no lo he vivido en la vida, ya me gustaría. No sé, de hecho, ni
cómo salieron de mi fantasía esas escenas tan vívidas que me han dicho que está
salvando matrimonios en crisis.
Creo que esta novela regala a cada lector una oportunidad para darse cuenta
de lo que quiere en su vida y de si está llegando a lo que quiere ser en
realidad. ¿Qué crees que te falta o que
te sobra para ser quien realmente quieres ser? Yo creo que lo que jamás nos
puede faltar para ser lo que realmente queremos ser (o ya llevamos dentro pero
hay que dejar que se manifieste) es el valor. Que no nos venzan los miedos al
amor, ni a perder la zona de confort, ni a perdernos a nosotros mismos, ni a
que nos hagan daño, ni a fracasar. Todo intento por cambiar a mejor sólo nos
puede llevar a avanzar, aunque sea a través del dolor en algún momento. Pero
sufrir es vivir también, tenemos que aprender a sufrir con dignidad y a mitigar
las penas con vino, buena compañía, deporte y viajes, para que no se haga tan
duro y nos merezca la pena seguir tirándonos por el precipicio. Siempre hay un
mar abajo.
¿Podremos leer en breve algún otro
título de ficción tuyo? Esperamos
que los musos estén cerca de ti. La verdad es que he empezado a escribir otra
historia de amores muy surrealista que tengo en el cerebro, pero aún no está
madura como para poder armarla. No brota, tiene que recomponerse ahí mientras
yo acumulo experiencias y conocimientos para poder montar algo digno de ser
publicado sin hacer vomitar a nadie.
Para finalizar nos gustaría que respondieras la que viene siendo la
pregunta de la casa. ¿Qué pregunta nunca
te han hecho y crees importante? Nos la puedes responder.
¿De dónde viene la G. de tu firma? La G. es mi primer apellido, que viene de García.
Iborra es el apellido de mi abuelo, que era mi personita preferida en el mundo
y tenía siempre la pena de que su apellido no iba a perdurar porque sólo tenía
dos hijas y dos nietas. Así que le hice el homenaje de la posteridad, dentro de
mis posibilidades. Pero conservo la G. por mi padre, que es el hombre más
maravilloso del mundo, y no le podía restar lo esencial que es en mi vida.
Muchas gracias por tu atención y que Cupido nos coja confesados.
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