Por Ángela Sánchez Vicente
Hoy
estamos muy contentos y agradecidos por las novelas de Pierre Lemaitre que se despide de su tetralogía protagonizada por
Camille Verhoeven por todo lo alto.
De
esta saga o colección nos ha enamorado todo; desde la simpleza y fuerza de los
títulos que siempre se corresponden con el motivo de la novela o la austeridad
cromática de la portada que nos ayuda a llegar al sentimiento de rabia e
introspección de nuestro protagonista a la vez que dan la bienvenida a una
novela negra de lo más elegante.
La
pluma audaz del autor ha enamorado a medio mundo y no es de extrañar para nada
pues la trama general como la de cada volumen nos encierra en un bucle de
intriga sin precedentes y una investigación excepcional por un protagonista que
entremezcla su personalidad profesional con los sentimientos más humanos y
personales.
En
esta última entrega titulada Camille nos
habla más de él y podemos ver cómo se cierra un ciclo y el personaje se ha ido sobrescribiendo
y perfilando hasta llegar a un realismo que nos deja totalmente asombrados.
En
esta entrega le darán en donde más le duele. Su amada Anne será víctima de un
violento atraco en una joyería de los Campos Elíseos y él no quedará impasible.
Quizás
ella ha tenido bastante con sobrevivir a los disparos y a un coctel de
emociones explosivo y se siente la mujer más protegida a su lado pero para él
este caso no ha hecho nada más que empezar.
Primero
tendrá que saber a quién se enfrenta y los motivos del asalto a Anne para poder
sacarle la máscara y dormir tranquilo.
Poco
os desvelaremos pues si ya le conocéis de sus novelas Irène, Alex, y Rosy & John sabréis que actúa por impulsos y le importa poco saltarse los límites de
la ley. Para él solo sirve atrapar al delincuente cueste lo cueste y pese a quien
pese.
De
la mano de Alfaguara podemos
disfrutar de este grandísimo personaje al que muchos ya comparan con Maigret o
con Poirot.
Os
recomendamos su lectura de manera encarecida pues aunque no somos de llevarnos
por la corriente de best-sellers con mucho márquetin detrás y poca cosa que
contar este es la excepción que confirma la regla.
Fresco,
dinámico, elegante, tradicional… creo que el fruto de su éxito nace en que es
una buena novela negra con una majestuosa prosa que el público echaba en falta
desde hace mucho tiempo.
Creednos,
vale la pena leerlos.