dijous, 14 d’agost del 2014

Las bellas extranjeras



Para volver a disfrutar de los tesoros perdidos en el tiempo que rescata la editorial Impedimenta con mimo, sumo cuidado y respeto hemos de sucumbir al encanto de su reciente publicación de Las bellas extranjeras, unos relatos recientes pero llenos de todo aquello que caracteriza el sello de la editorial.

En esta obra se recogen los tres relatos más significativos de la bibliografía de Mircea Cărtărescu; Ántrax, Las bellas extranjeras y El viaje del hambre.

Todos ellos brillan por los personajes elaboradísimos que nos regala el autor con una gran psique y una personalidad marcada que puede cambiar a lo largo del relato o hacer cambiar el propio curso de la historia.

En el primer relato, Ántrax, narra como el propio autor recibe un sospechoso sobre después del desgraciado atentado del 11-S y sus efectos colaterales y psicológicos que afectaron a la población neoyorkina y al mundo en general. 

Miedo, recuerdos, el aprecio por la vida y muchos más golpes de efecto hacen de este relato un testimonio de todo aquello que sentimos en los días posteriores a la salvajada y homenajea esas imágenes que todos tenemos incrustadas en la mente.

En el segundo relato de título homónimo a la obra conocemos la prosa más grotesca y desinhibida del autor. Se trata de un viaje de unos cuantos escritores rumanos a tierras francesas con todo lo que esto puede provocar.

El choque de culturas, la liberación, faldas cortas y un clima sumamente francés impregnará la pluma del autor de tórridas palabras y escenas dignas de unas vacaciones muy bizarras.

En el tercero, El viaje del hambre, nos narra las peripecias que el joven poeta tuvo que soportar antes de la caída del comunismo en un territorio hostil y con la barriga vacía del todo.

En este, el más profundo bajo mi punto de vista nos concienciamos de la dureza de lo extraño, de la ausencia y la falta de fuerzas a la vez que vemos como una ilusión puede ser nuestro motor y activar nuestro ingenio.

Estos tres relatos fueron los merecedores del premio Euskadi de Plata 2014 y creo que merecidísimamente pues bajo un punto de vista subjetivo nos abraza y nos muestra lo mejor y lo peor de nosotros mismos reflejados en su persona y obras.

Hay que ser muy valiente para desnudar el alma ante un público lector a la vez que muy entregado y agradecido para hacernos un regalo tan valioso.

Si sois lectores perezosos y os gustan los relatos cortos os garantizo que esta obra os enloquecerá, es fina, irónica, llena de matices y con ese “no sé qué” que hace imposible su abandono. 

¡No os la perdáis!