dimecres, 14 de maig del 2014

Nada más que una noche



¿Es cierto que el destino está escrito en las estrellas?, ¿Podemos cambiar nuestra estrella?, ¿Estamos condenados a repetir los errores de nuestros padres?

Estas son solamente algunas preguntas que podremos resolver a lo largo de una novela seductora, llena de contratiempos y de buenas y malas estrellas, de encuentros y desencuentros, de verdades escondidas y mentiras escupidas a la cara, de almas y corazones puros y de cicatrices sin curar.

Nada más que una noche es un título que evoca pasión, lujuria y tiempo pasado, un espacio limitado entre el ocaso y el amanecer, cada día distinto, peculiar y diferente hasta que una luz revela el alma en los ojos del otro, transformando cada noche en algo diferente y especial, aunque con la misma compañía.

Nuestros protagonistas tienen un armario lleno de monstruos que les han marcado el carácter, donde la imposición de una máscara transforma su ser en lo que quieren mostrar y esconden aquel lugar donde los sentimientos se preservan para no ser lastimados.

Nicolás, le llamaremos Nick como a él le gusta, es arrogante, mujeriego, déspota, un arquitecto famoso que deja un reguero de mujeres a sus pies por donde pasa hasta que un día sus cálculos fallan y se cruza con Lavinia, una mujer que no es una diosa romana pero que con una sonrisa sincera es capaz de dar luz al infinito.

El pasado de Lavinia es oscuro, con una madre descuidada, un padrastro drogadicto y dos hermanos a los que no puede proteger como ella quisiera.

Parece que las estrellas sonríen a Nick en todo lo que hace y que se han apagado para Lavinia, aunque sus dos constelaciones están a punto de chocar y crear un universo nuevo y puro solo para ellos.

Dicen que encontrar la felicidad es una rareza, que la dificultad de encontrar tu otra mitad de alma es casi imposible y si además añadimos malas pécoras que ponen cizaña por en medio, gente que trata de abusar del más débil y un pasado que cae sobre los hombros como una losa, diría que la misión felicidad está abocada al fracaso.

Pero ciertamente, nuestros protagonistas son dos personajes fuertes, con un carácter muy definido y juntos y separados van descubriéndose a sí mismos como lo que realmente son, aves fénix que renacen de las cenizas para mostrar al mundo sus capacidades y pisar fuerte en una vida dura y llena de obstáculos.

Anabella Franco me ha conquistado con una prosa muy cuidada, con la ironía y los contrastes al mostrar la sociedad Argentina con sus luces y sus sombras, con la sencillez de los pobres y la hipocresía de los ricos, con una humildad que llega al alma y con una gran dosis de romance al más puro estilo de “Desayuno con diamantes”.

Esta es su primera novela, pero en Argentina ya ha publicado la continuación centrándose en Helena, la díscola hermana de Lavinia bajo el título de “Una noche con ella”.

Así que amigas argentinas de La Petita Llibreria, no os nombro pero vosotras sabéis quienes sois, si lo veis en alguna librería no lo dejéis escapar y si tarda mucho en publicarse aquí, no dudéis en contarnos algún detalle.

Vergara siempre va más allá, y lo que muchos calificarían como novela romántica, nosotros la calificaríamos como humana, con espíritu de superación, de lucha interior y de realidad social, el amor es el vehículo donde fluye la magia de los corazones al bailar al son de la música que toca.