dimarts, 15 d’abril del 2025

Extraños en un tren

Gracias a Masa Crítica de Babelio he podido disfrutar de una novela clásica y de culto. Esta vez me ha sucedido al revés, ya había visto la película (adaptación) de Alfred Hichcock pero reconozco que aunque el gran maestro hizo un brillante trabajo no hay nada como leer en primera persona Extraños en un tren de Patricia Highsmith, es mucho más profunda y la mente del lector puede recrear los hechos con su propio punto de vista, un ejercicio muy personal y que el hecho de ver una película no puede substituir.

Anagrama nos presenta esta gran novela en formato bolsillo con una portada centrada en la estación de tren y un hombre de espaldas que busca algo, busca a alguien, no será un tren quien le lleve a su destino, será alguien que estará en él, nuestro protagonista busca un alma gemela y sino la encuentra la forzará a salir.

La intriga de esta novela está basada en la idea de un crimen sin móviles, un crimen perfecto: dos desconocidos acuerdan asesinar cada uno al enemigo del otro, forjando así una coartada indestructible.

Bruno viaja en el mismo tren que Guy. Empiezan a conversar y Bruno, demoníacamente, fuerza a Guy a desvelar su punto débil, la única grieta en su ordenada existencia: Guy quisiera librarse de su mujer, que le traicionó y que puede obstaculizar su prometedor futuro. Bruno le propone un pacto: él matará a la mujer y Guy, a su vez, al padre de Bruno, a quien éste odia.

Guy rechaza el plan, pero no así Bruno, quien, una vez cumplida su parte, reclama al horrorizado Guy que cumpla con la suya.

Extraños en un tren lleva a cabo una indagación escalofriante en la perturbada mente de Bruno, pero lo que más le interesa a Patricia Highsmith es la relación entre éste y Guy. Y es ahí donde la novela prefigura la obsesión de su obra futura: ¿hasta qué punto no está la insania de Bruno agazapada también en Guy? ¿Cuán cercana es la amenaza de la irracionalidad en todos nosotros?

Pocas veces una novela ha sido mencionada en casi todas las series y películas de serie negra, el mero hecho de crear el crimen perfecto o usar una cabeza de turco en esta historia va mucho más allá.

He disfrutado mucho con su prosa, con su dinámica y sus diálogos, con la construcción psicológica de los personajes y con la argumentativa general donde detrás de un encuentro “casual” se puede generar un caos personal.

Si no la habéis leído os la recomiendo. La experiencia de tener sus páginas entre las manos y subir al tren no tiene desperdicio.