divendres, 13 de desembre del 2013

La casa y el cerebro



Por Ángela Sánchez Vicente


Hoy os queremos acercar una novela que nos muestra como la oscuridad que nos protege también nos puede asustar, La casa y el cerebro es una obra maestra de la literatura sobrenatural inglesa.

En una atmosfera grisácea, azul oscuro y negra encontramos a nuestro narrador protagonista que desafiará sus temores y los consejos de sus seres más cercanos decidiendo pasar una noche en una casa encantada con la única compañía de su perro y su criado.

Un ser fantástico atrapado en una habitación parece tomar el control de los espeluznantes hechos que vivirá el aventurado inquilino.

Fantasmas, espectros, espíritus, apariciones, distintas formas de nombrar a lo innombrable. Pero, también, un fantasma es esa sombra que los nubla, esa angustia que los cubre como un manto invisible.

Edward Bulwer-Lytton, el gran maestro de lo fantasmagórico y la tensión temerosa que atrapa desde un inicio y no te suelta hasta cerrar el libro de algún susto, nos muestra toda su brillantez en esta novela ágil, dinámica y rapidísima de leer. 

Es un paseo por caídas de luces, muebles y objetos que se mueven a voluntad a la vez que una reflexión sobre como el inconsciente nos hace tener temores preconcebidos a determinados sitios, personas u objetos por la fama que tienen. La maldad, la crueldad, la ferocidad y la oscuridad son fantasmas que los humanos pueden ver porque creen en ellos.
Podemos decir que hacen un pulso la casa y el cerebro de nuestro amigo que domina sus miedos hasta averiguar el porqué de los hechos paranormales.

La fantástica traducción de Arturo Agüero Herranz nos permite disfrutar de las descripciones tenebrosas, de luces y sombras que salían de la pluma de tan ilustre autor, un hombre que a través de investigación mezclada con ficción creaba los mejores relatos de miedo opacando obras tan ilustres como “El fantasma de Canterville” y “El cuervo”.

De nuevo, gracias a la editorial Impedimenta tenemos entre manos una obra clásica que no ha perdido ni un ápice de chispa ni de intriga. Una selección de obras que nos acercan a aquello contemporáneo a nuestros bisabuelos, las obras que dieron que hablar en sus días y no deben morir en el decurso del tiempo.

Una novela que se hace corta, que sabe a poco y parece que se podría haber estirado un poco más aunque dicen que lo bueno viene en frasco chico y si breve, dos veces bueno. 

Os la recomiendo, yo no me perdería un viaje a la Inglaterra del siglo XIX en un clima de pasillos oscuros y ruidos de extraña procedencia. Ir al encuentro de sombras en las sombras.

Una novela con mucho poder comunicativo con el lector que hará las delicias de los amantes del género y de la literatura clásica. Una novela victoriana que se aleja al estereotipo de las mujeres hermosas que beben té con pastas en jardines majestuosos con sus mejores galas y joyas por doquier.

Eso sí, una recomendación a modo de prospecto farmacológico: léase con la luz encendida y en las horas centrales del día pues por la noche todos los gatos son pardos.