¿Puede tu primer beso ser Tu último
beso? ¿Puede un “siempre” convertirse en un “nunca”? ¿Puede un secreto
guardado más de treinta años destruir los cimientos de la realidad? ¿Es cierto
que del amor al odio solo hay un paso?
Muchas son las posibles respuestas a estas preguntas, pero solo las
encontrareis viajando al pueblo de Ostara, un rincón recóndito, escondido entre
las montañas, donde todos sus habitantes se conocen y sus creencias varían
según les conviene, del mismo modo se santiguan en la Iglesia que le piden
favores a la Madre Tierra.
J. De La Rosa nos invita a una historia que esconde otra en su
interior, aunque la historia principal se mantiene en la actualidad, a través
de un diario descubriremos la vida de alguien hace treinta años, como una joven
cambio el rumbo de su vida y de algunos de aquellos a los que quiere en el
proceso.
Estas páginas del diario se insertan a medida que la historia principal
avanza segura aunque el terreno es brusco y escarpado.
Sin olvidarnos del blog que escribe nuestra protagonista donde los hombres
quedan reflejados al caer de un burro y son tachados de Robafuegos, unas
páginas al propio estilo de diario, pero actual, fresco y que arranca sonrisas
a mansalva.
La historia se centrará en Camila, una joven que ayuda a su madre en el
hotel del pueblo y Daniel, un periodista que visita el lugar con la excusa de
presenciar el Festival. Dos personajes antagonistas a más no poder pero que se
verán obligados a entenderse y en el proceso la obligación pasará a ser del
agrado de los dos.
Daniel, esconde sus verdaderas intenciones, yo no os las desvelaré, pero a
veces el pasado es mejor dejarlo donde esta y otras es mejor que surja a la luz
quitando un gran peso de los hombros de aquellos que lo acarrean.
Cuando dos corazones han decidido cerrarse al amor lo más probable es que
este encuentre una pequeña brecha y se cuele en su interior.
Me ha encantado como un escritor se pone en la piel de una joven y desgrana
sus sentimientos y muestra la visión que puede tener sobre los hombres, es un
punto muy sólido de la novela, sin olvidarnos de los maravillosos paisajes de
Ostara, sus vecinos cordiales y más de una bruja que seguramente tiene sus
motivos.
Titania nos presenta una historia de amor, pero no solo
romántico, sino de amor a los demás, a la familia y a aquellos que son próximos
a las almas de los protagonistas.
Ágil, dinámica, divertida, emotiva, capaz de hacerte reír y llorar, una
historia completa que deja la piel de gallina y que muestra una gran
generosidad al final. Y para demostrar que no miento, aquí os dejo sus primeras páginas.
P.D Ya que esto es un blog, me gustaría robarle el final a las entradas de
Camila en el suyo: “¡Duerme, pero diviértete entre las sabanas!