No todos los días uno recibe una invitación formal para
regresar a la casa familiar, un lugar que para unos es un hogar y para otros el
lugar de donde escapar, huir y encontrarse a sí mismos.
Los señores Winter, a partir de ahora David y Martha quieren
celebrar una fiesta por el ochenta cumpleaños de la matriarca, pero como en
todas las ocasiones especiales nada es azaroso ni la fiesta es solo un
cumpleaños.
David y Martha se están haciendo muy mayores y quieren dejar
las cosas claras antes de faltar, habrá un anuncio importante donde se sacudirá
el árbol genealógico desde sus cimientos y puede que al almuerzo que es solo
para la familia estén todos los que están pero quizás no todos los que son.
Un lugar para
nosotros es la octava novela de Harriet
Evans, una joven con un toque sencillo y llano al escribir pero con una
tonalidad de profundidad en los sentimientos y en la construcción de sus
personajes.
Cierto que sus descripciones son muy detalladas y si cerráis
los ojos os encontrareis en Winterfold, una solariega casa en Somerset, con sus
vecinos, sus prados y sus atardeceres.
Esta novela nos explicará no solo una saga familiar de
principio a fin, sino que ira saltando del presenta al pasado, de bellos y
amargos recuerdos y cimentando poco a poco el futuro de hijos y nietos.
Una historia que empieza presentando a los personajes a
medida que estos van recibiendo la invitación y como este hecho les afecta, en
el centro de la novela nos encontraremos en la fiesta de Nochebuena donde
verdades y mentiras se confabularan entre papeles de regalo, en su tercera
parte conjugaremos lo que fue y lo que es dejando para el final un recuerdo y
una despedida que os encogerá el corazón por su dulzura y amor.
Umbriel ruega que
confirméis vuestra asistencia, hay que preparar el escenario, los canapés y la
mejor manera de controlar las verdades que fluirán junto a un amargo champan.
Acompañadlos en su honor, calzad sus zapatos y viviréis de
una misma familia diversas vidas, los jóvenes abriéndose paso a mundo y los mayores
dejando testimonio de aquello que no quisieron que fuera y fue.
Simplemente maravillosa, dulce sin ser empalagosa, con
alguna lágrima que se escapa de emoción y con muchos grilletes y corazas que
irán desnudando corazones engañados, escondidos y dolidos.
Aquí os dejo vuestra invitación.