dijous, 11 d’octubre del 2018

Locos, ricos y asiáticos


Locos, ricos y asiáticos es la última fiebre entre los lectores que buscan una novela actual, fresca, divertida, satírica y con una buena dosis de mala leche.

Kevin Kwan se ha transformado en un gurú literario en todo el mundo y su novela ya tiene adaptación cinematográfica con todo el esplendor de fondo de Nueva York y Singapur.

Ciertamente muchos la han considerado inspirada en “Orgullo y prejuicio” de Jane Austen o en la serie “Gossip Girl”, una idea bastante acertada cuando sus personajes son de clases distintas y las familias son complicadas.

Rachel Chu es una profesora universitaria que vive en Nueva York con su novio desde hace dos años Nicholas Young, juntos son una pareja normal en una ciudad donde todos viven a la sombra de los altos edificios.

Nicholas ha mantenido en secreto sus raíces y a su familia, quiere saber si aquellos que le rodean y le quieren son sinceros o si lo hacen por su dinero, un dinero que como iréis comprobando en la novela corrompe a casi todos sacando la piel de cordero de muchos lobos disfrazados.

Llega la hora de que Nicholas presente a su novia a su familia y viajan a Singapur, allí Rachel deberá adaptarse a un nuevo rol, a la falsedad de la clase social aportada por el dinero, a dejarse tentar por el consumismo aunque rápidamente descubre que prefiere seguir siendo fiel a sí misma que ser una excéntrica loca.

Este hecho y sin olvidarnos de la madre del novio que le pondrá las cosas más difíciles todavía nos encontraremos en la tesitura que la trama marca entre la familia, el amor y quizás una especie de redención.

La novela me ha encantado, es fresca, actual, divertida, irónica, con una lectura entre líneas contra los excesos y los nuevos ricos, critica una vida vacía llena de cosas materiales frente a los sentimientos reales y puros.

Sus descripciones y ambientaciones son impresionantes, me han llamado sobretodo la atención cuando se centran en Singapur, un lugar poco conocido y que al ir entrando en la trama parecerá que el lector se encuentre paseando entre sus calles, una ciudad que se irá abriendo bajo nuestros pies.

Los personajes principales son sólidos y muy bien definidos y los secundarios, aunque en algún momento podemos perdernos, dado que son muchos, aportan un gran realismo a la narrativa. En este punto hay que agradecer que en las primeras páginas el autor nos regale un árbol genealógico de la familia.

Suma de Letras no presenta una novela adictiva, viva, actual y fashion donde  las haya. Y aunque en su portada destaca el perfil de una mujer enmarcada en joyas, la verdadera joya es la novela.

Aquí os dejo un pequeño fragmento.