dijous, 21 de gener del 2016

Por siempre jamás



Llegamos al ecuador de la saga “Novias de Nantucket” de Jude Deveraux tras habernos hecho soñar a lo grande con “Amor verdadero”.

Todas aquellas lectoras fieles de Jude Deveraux se han visto en la tesitura de elegir entre un Montgomery o un Taggert, dos ramas de la misma familia con sutiles diferencias que ya nos enamoraron anteriormente en “El caballero de la brillante armadura”, “El corsario”, “Dulces mentiras” y “La doncella”.

Por siempre jamás empieza justo donde termina la anterior, nos sitúa en la boda de Jared y Alix, en la maravillosa y mágica isla de Nantucket, en Massachusetts. También nos reencontramos con familia y amigos, y como no podía ser de otra manera con las grandes amigas de la novia Toby y Lexie.

En esta ocasión los dos jugadores en el juego del gato y el ratón son los gemelos Graydon y Rory, el primero es el heredero de la corona de Laconia y prometido de Lady Danna y el segundo es su hermano menor, el díscolo bala perdida y enamorado de la prometida de su hermano. Dice la leyenda que los gemelos de la familia solo encontraran el amor verdadero cuando una mujer sea capaz de distinguirlos.

Graydon asiste a la boda para pensar en sus obligaciones, en descansar un poco y decidir qué hacer en su futuro cuando Toby cruza en su vida distinguiéndolo desde el primer segundo de su hermano. ¿Será ella su amor verdadero? ¿Podrá su corazón mandar sobre las obligaciones hacia su pueblo?

Para descubrir estas respuestas decide quedarse una semana más en el pueblo y aunque los dos sienten una atracción que raya la locura deciden negarla por el bien de su futuro. Los dos hermanos intercambian papeles y la comicidad de la situación chocará con los sentimientos de los dos hermanos.

Los personajes secundarios son excelentes, las relaciones que se establecen entre ellos y como la mayoría del pueblo se conjura en pequeñas tramas para regalar felicidad a Toby es emocionante y emotiva, ella es una joven especial, se prometió llegar virgen al matrimonio y eso solo hace que todos los jóvenes de isla busquen ser el primero para ella, pero ninguna la hace vibrar, su vida se resume en trabajar y soñar. Hasta que debe compartir piso con Graydon y dos de sus guardaespaldas, Daire un hombre curtido y su pupila Lorcan, unos personajes con una historia propia que contar.

Vergara sabe cómo tocar la fibra más sensible de sus lectoras, en esta novela no se mezclan solo los sentimientos de obligación con el amor, sino que el pasado, el destino y un amor eterno aparecerán entre la neblina de los sueños para atormentarlos y mostrarles aquello que podría ser pero que ambos se niegan a aceptar.

Sus vidas se mezclaran con las de Tabitha y Garrett, unos jóvenes enamorados y condenados a un futuro sin amor en la época de la Regencia, dos parejas que se reflejan entre ellas y quizás arreglar el pasado aporte luz al presente.

Un príncipe azul que muestra su capacidad para dirigir pero que desconoce el uso de una tarjeta de crédito, con dotes para la lucha pero que se queda mudo cuando una mujer le recrimina, Graydon es la personificación del saber hacer y saber estar, es un príncipe que ha olvidado que es un ser humano, un hombre con un corazón libre para sentir emociones y amor.

¿Querríais un príncipe o un hombre?