dimarts, 6 de maig del 2014

Buda en el ático



Por Maria Valle Viña


Duomo Ediciones en su colección Nefelibata nos presenta una narración del pasado de la mano de Julie Otsuka, que pone voz a las mujeres que, procedentes de Japón, llegaron a San Francisco a principios del siglo XX en busca de una vida mejor. Estas mujeres viajaron para encontrarse con sus esposos, a los que no conocían pero a quienes imaginaban tal y como ellos se habían descrito a sí mismos en sus cartas. 

Muchas eran casi niñas, con miedos y dudas, ilusionadas, con sus kimonos blancos guardados en sus ajuares. Pero pronto se dieron cuenta que ni sus maridos eran lo que prometían ser ni su vida allí iba a ser fácil. 

Con una prosa maravillosa Julie Otsuka ha conseguido seducirme y embelesarme. Consigue que la narración de una realidad desgarradora sea bella. Con una prosa privada de sentimentalismos consigue de manera magistral acercar las sensaciones más profundas, las esperanzas, los sueños, las decepciones, la realidad  y los hechos cotidianos de un gran grupo de mujeres que viajaron para conseguir tener una vida mejor.

Buda en el ático explica una realidad, una parte de la historia de forma precisa y evocadora de una forma que conmueve e hipnotiza. La narrativa es sencilla y perfecta para definir todos los sentimientos y las sensaciones que evoca el libro. 

Julie Otsuka que nació y creció en California, estudió en las universidades de Yale y Columbia y actualmente vive en Nueva York. Su primera novela, When the Emperor was divine, publicada en 2002 y basada en la experiencia de su propia familia, fue un gran éxito y está considerada como un clásico contemporáneo. 

Con Buda en el ático ha recibido el premio PEN/Faulkner y ha sido finalista del National Book Award y mejor libro del año en The Boston Globe y la revista Vogue, entre otros muchos reconocimientos. Según el San Francisco Chronicle es “una obra maestra destinada a perdurar” opinión que comparto totalmente. 

Os dejo con la opinión del Jurado PEN/Faulkner y con un fragmento del libro: “Julie Otsuka ha creado una voz hipnótica e irresistible, que engarza su historia con el poder de las leyendas que pueblan nuestros sueños y con las verdades que no se pueden soportar. Nos ha robado el corazón” 
 
Algunas éramos de Kioto. Algunas éramos de Nara. Algunas éramos de una pequeña aldea montañosa. Algunas éramos de Tokio. Algunas éramos de Hiroshima. La más joven de nosotras tenía doce años. La mayor tenía treinta y siete, era de Niigata. Algunas éramos de Kumamoto, donde no había hombres casaderos. Eché un vistazo a la foto y le dije a la casamentera: Este me vale