Por Ángela Sánchez Vicente
Hoy la aclamada y seguidísima autora Anne Jacobs pone el broche de oro a su increíble saga La Villa de las Telas con un último volumen que cierra perfectamente una historia que nos ha acompañado a lo largo de varios años.
Años en que hemos visto como su
nombre se convertía en un imprescindible de las letras actuales a la vez que
cosechaba éxitos de crítica y veía como su número de lectores no dejaba de
crecer.
Tras “La Villa de las Telas”, “Las hijas de la Villa de las Telas”, “El legado de la Villa de las Telas”, “Regreso a la Villa de las Telas” y “Tormenta en la Villa de las Telas”, por fin tenemos entre manos Reencuentro en la Villa de la Telas gracias a nuestros amigos de Babelio.
Este volumen focaliza en las emociones de los protagonistas a la vez que hace balance de sus trayectorias sin dejar de recalcar como fue la Segunda Guerra Mundial en Alemania y en Estados Unidos.
Marie ya lleva cuatro largos años huyendo de Alemania por sus raíces judías con su hijo y Paul sigue al frente de la fábrica en Augsburgo.
Ella cree que su marido no la necesitara ya que los negocios funcionan sobre ruedas y ella quiere salvaguardarse y a la vez sanar su corazón.
La noticia de la posible bancarrota de la industria y el sentir que Paul está solo al frente de todo hacen que se replantee su huida y decide regresar a su lado.
Ella ya no es la misma y el está lleno de preocupaciones, una nueva ilusión y no sabe cómo afrontar su llegada.
Sus corazones tenían un proyecto en común y su amor es muy fuerte aún hoy en día pero… ¿Podrán superar tantos obstáculos?, ¿Podrán volver al amor que un día les unió si ya no son los mismos?
Todos estos interrogantes y el destino de la Villa de las Telas se descubren en esta última obra de manera pausada, reflexiva y muy bien tramada.
Es una saga que hemos podido disfrutar gracias a Plaza & Janés y de la que no se sale ileso por su poder transformador.
No es sólo una buena lectura que distraer si no que aprovecha para mostrar la Segunda Guerra Mundial desde ambos lados y nos ayuda a reflexionar sobre los sentimientos humanos y el legado de familia.
