dilluns, 28 de gener del 2019

Sangre entre la hierba

Ya ha arrancado la BCNegra, una semana de crímenes de tinta y papel y hoy tenemos una cita con la mesa redonda "Port Salander", que contará con la participación de Maribel Medina, autora de Sangre entre la hierba en la Biblioteca Jaume Fuster.

Esta es una de aquellas raras ocasiones en las que desearía haber hecho caso a quien en su momento me recomendó leer “Sangre de barro” y más tarde “Sangre intocable” pero no me he podido resistir a leer el final de la Trilogía Sangre que nos presenta Maeva en su colección Noir.

Desde ya me comprometo a leerlas, sé que al leer solo la última entrega me he perdido algún detalle o matiz en la evolución psicológica de los personajes y su relación personal, pero al ser una trama cerrada y el hecho de que la autora nos los presenta de manera muy completa no he tenido ningún problema en disfrutarla como una gran historia negra, dura, impactante pero que deja un buen sabor al final, es como un bombón de chocolate negro amargo, una vez le coges el gusto cuesta dejar de pecar.

En esta novela nos encontraremos con dos tramas diferentes que convergerán en un punto de no retorno.

El tándem formado por Thomas Connors, un agente de la Interpol que prefiere vivir con su familia y estar retirado de la acción y Laura Terraux, una gran investigadora forense que se estrena como madre soltera y no lo lleva nada bien.

Todo empieza cuando Thomas recibe la llamada de la mujer de George, un gran amigo de la DEA, este ha sido secuestrado en Perú lo único que piden a cambio es a una mujer, Dolores y así es como empezará el periplo en su búsqueda, aunque a él no tardará en unirse Laura.

Allí descubrirán más de lo que querían y deberían saber, trata de mujeres, prostitución, tráfico de órganos, drogas, asesinatos, mafias… Todo aderezado por una pluma muy afilada, con una prosa directa y pulcra que nos va dejando pequeñas pistas para ir atando cabos, lo que no me esperaba como lector son unos giros argumentales inesperados brillantes demostrando que no todos son quienes dicen ser, que quizás la esperanza es una arma de doble filo y que ser una superviviente a veces no es suficiente.

Esta historia me ha atrapado, la trama marcada por la investigación es muy dinámica y mantiene un tempo rápido, la tensión sexual y romántica entre los protagonistas crea un tira y afloja entre ellos llevándonos a ser sus cómplices y facilita mucho a empatizar con ellos.

Los muestra muy humanos, con dudas normales como las de una madre primeriza, las de un padre que sufre por la distancia y a su vez una faceta como hijo que emociona para bien y no tan bien. Son muy reales, solidos bien construidos y definidos, sin olvidarnos de los secundarios que les dan el respaldo necesario para llevar a cabo su misión.

Una novela que apunta directamente a una sociedad mortecina que subsiste entre lo malo de lo peor, una crítica social que se puede extrapolar a un mundo caótico donde el dinero y el poder casi todo lo pueden.

Una nueva voz en mi lado más oscuro que pienso descubrir en profundidad.

La autora con su relato quiere recordar un caso real abierto desde hace dieciséis años cuando desapareció Marita Verón y a día de hoy su madre la sigue buscando.

Una oda a las que ya no tienen voz porque están anuladas y sólo queda de ellas lo que les permiten ser, víctimas de los demás, de la vergüenza y de la culpabilidad.