dijous, 14 de març del 2019

La boda de Rachel Chu

Hoy tenemos entre manos la segunda entrega de una trilogía que me está encantado, divirtiendo y en cierto modo haciendo reflexionar sobre el poder y el dinero.

Si no pude dejar de leer “Locos, ricos y asiáticos” ya os podéis imaginar lo poco que me ha durado entre las manos La boda de Rachel Chu.

Antes de entrar en la trama me gustaría mencionar la simpleza de la portada y como se combina a su vez con la portada de la entrega anterior. Si en la primera el fondo era rojo y las joyas de la protagonista azules en esta ocasión los intercambia presentando una portada con un fondo azul y las joyas son rojas pasión.

En estas novelas de Kevin Kwan y que nos presenta Suma de Letras no deja nada al azar, incluso nos ofrecen un breve listado de los protagonistas principales que conocimos en su primera entrega, un punto que se agradece para el lector que se ha perdido la anterior pero para aquellos que vivimos la novela intensamente no es imprescindible.

La historia arranca tres años después del punto en el cual nos quedamos, el hilo conductor será la futura boda de Rachel y de Nicholas intentando ocultarla a la familia de él y con el pesar de ella de no conocer a su padre biológico.

En esta ocasión me atrevería a decir que esta trama da pie a muchas tramas secundarias que nos van a encantar, nos reencontraremos con Astrid y Michael, dos personajes que como nuestros protagonistas han evolucionado psicológicamente, han madurado, se han equivocado aunque no todos aprenden de sus errores.

También conoceremos personajes nuevos como el padre de Rachel quien aparecerá tras un accidente fortuito, hecho que nos envolverá de personajes singulares de la alta sociedad de Shanghái o la alocada blogger Colette.

Rachel es una gran protagonista, se ha adaptado a su nuevo papel a la perfección, una señorita Bennet moderna capaz de pensar más que en el dinero y a su vez ver más allá de lo que parece.

Me ha sorprendido como el autor ha evolucionado para bien en su prosa, con sus diálogos dinámicos, sus personajes alocados, sus descripciones detalladas del ambiente y del lujo, un arma de doble filo que usa para criticar una sociedad perdida entre billetes y brillantes.

Juega con la variación de tipografía según si el narrador es personaje o si se trata de un mail o una noticia de la prensa, blogs o revistas. 

Y todo ello sin olvidarnos de los giros inesperados argumentales, de cómo va cerrando tramas y dejando de nuevas abiertas y con un final que solo invita a leer el final de la trilogía.

Más de quinientas páginas que devoraréis entre el lujo, la ironía y el toque de mala leche elegante que se respira entre sus páginas.