dilluns, 6 d’abril del 2020

Días de ira, noches de pasión


Hoy me despido de una trilogía que me ha robado “Un romance en Londres” nos ha regalado títulos como “Rivales de día, amantes de noche”, “Ódiame de día, ámame de noche” y para concluir Días de ira, noches de pasión.

Esta trilogía de Nieves Hidalgo ha ido in crescendo, cada novela es mejor que la anterior, su mezcla entre romance, una subtrama criminal y sobretodo sus personajes crean unas historias más profundas de lo que parecen, mezclan personajes históricos reales con unos creados por su artística pluma sin dejar de sorprendernos con su retrato de la sociedad y del ambiente de la época de la Regencia.

Nuestra última historia arranca con una locura por amor y deseo, Sabrina Klever no puede dejar de admirar al hombre joven y guapo que visita la taberna donde trabaja, ella es una joven con un pasado que iréis descubriendo pero que decide hacer una locura antes que ese hombre parta a la guerra, se cuela en su habitación y lo que ella solo pretendía como un robo de un par de besos termina en un acto de pasión y lujuria y con la certeza que él la olvidará.

Nos reencontraremos con Sabrina años más tarde trabajando como ama de llaves para Julius Baker, un hombre al que vais a adorar, gracias a su protección Sabrina y su hija Charleen viven en tranquilidad y en un hogar.

Todo ello cambiara con la llegada del nieto de Lucius, Kenneth Baker, barón de Sheringham, él hombre que aquella noche la hizo suya y quien no esperaba volver a ver. No hace falta decir que es el padre de Charleen.

Este hecho desconocido por todos hace temer a Sabrina que le puedan quitar a su hija, así que se vuelve fría y distante con Kenneth, quien a su vez, recela de las intenciones de la joven respecto a su abuelo y que en su afán por descubrir su pasado descubrirá más de lo que esperaba.

No podemos olvidarnos del villano de esta historia, solo os diré que la envidia, la codicia lo llevarán a intentar acabar con la vida de más de uno y de conquistar a Sabrina quien no lo soporta.

Dos personajes con el corazón roto que se reencontraran y mientras sus corazones piden amor sus mentes solo ponen barreras.

Es imposible dejar de leer esta novela que nos presenta Vergara, no sé ni cómo, pero la alegría de Charleen, la paciencia de Lucius, la forma de ser de Sabrina, el ímpetu de Kenneth y unos secundarios de lujo absorben al lector transportándolo a un hogar cálido, seguro y feliz.

Me he dejado muchas cosas en el tintero pero es que sería casi un sacrilegio contaros todo lo que vais a vivir.

Aquí os dejo un billete hacia esta gran aventura del corazón.


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