Candela Ríos ha vuelto para explicarnos sus aventuras y desventuras a lo largo del mes
de Agosto, Septiembre y Octubre. Los
chicos del calendario cada día más se están transformando en algo que va
más allá de la idea original, ya no estamos buscando un hombre perfecto, es
imposible ya que no existe del mismo modo que no existe la mujer perfecta,
Candela está encontrando hombres que con sus imperfecciones miran a la vida e
frente y luchan por sí mismos, por superar sus miedos y debilidades y en ello
incluyo a Salva, nuestro chico de Enero.
Sin olvidarnos de los
chicos de Febrero, Marzo y Abril (sobretodo Marzo), Mayo, Junio y Julio.
Antes de explicaros muy
poquito sobre los nuevos candidatos, Candela nos había dejado en el aeropuerto,
hablando con Pablo sobre Salva y el hecho de estar ingresado. A nuestra Cande
le falta tiempo para ir a su lado y lo que podría ser una reconciliación o un
entendimiento termina al estilo Barver.
Así que más enfadada y
confusa que nunca nuestra Cande empezará el mes de Agosto junto a Nacho,
bombero y guarda forestal junto al que candela conocerá mejor la naturaleza y
no solo la flora y fauna, sino también la humana. Nacho lleva a cabo un
proyecto sobre el acoso escolar llamado “Valientes” dado que en su infancia hay
un agujero negro que intenta mejorar y mirar al futuro aunque el pasado se le
plantará en las narices.
Entre Agosto y Septiembre
Candela hará un viaje fuera de nuestras fronteras y volverá con las ideas muy
claras para su vida y el triángulo entre su leñador y el cazador de estrellas.
Pero como todo en la vida de Cande le sale del revés y una ya no sabe si para
bien o para mal, pero la determinación le durará poco.
Si con ello su vida no es
bastante complicada, Braver padre impone un nuevo candidato, un antiguo
concursante de un programa de cocina y eso ya de por si no es bueno, aunque Ben
resulta ser un arma de doble filo que ayudará a Cande y a sí mismo.
Ben es pastelero, con él
el subidón de azúcar está asegurado, pero su historia tiene un pasaje duro
donde las drogas dominaban su vida, su madre lo abandonó y su padre no le hace
caso, durante este mes aprenderemos de cocina, de la importancia de la rehabilitación
y a tratar con personas que luchan cada día contra sus adicciones, sin
olvidarnos de la trama que se esconde en la elección de Ben por parte del
malvado Braver.
Llegamos a Octubre y este
mes es uno de los más duros y emotivos que hemos vivido con ella, hasta ahora
todos han tenido su punto irónico y divertido aunque con un trasfondo social
profundo.
Cande eligió a Adrián, un
mecánico que fue propuesto por su mujer antes de… (No spoiler). Junto Adrián
aprenderemos la importancia de la vida, de lo efímera de su existencia y de la
realidad de que aquellos que se han ido siguen con nosotros en nuestra manera
de ser, en nuestros sueños y aún nos ayudan a mover el motor de nuestra vida.
Un capítulo que empezará con la visita inesperada del impresentable Rubén y con
más problemas para atizar el fuego y que terminará con un portazo y una Cande
lista para luchar por lo que realmente quiere y merece.
Tengo muchas ganas de
descubrir que pasará en su vida el 31 de Diciembre, cuando el calendario
termine y pueda bajarse de su montaña rusa particular, pero para ello tendré
que esperar a que nuestros amigos de Titania publiquen los meses de noviembre y
diciembre.
Una novela que atrapa y
seduce, que no deja indiferente, que marca inflexiones en problemas reales y
que habla al lector con el corazón en la mano y el alma bastante tocada. Con su
prosa fluida y un tempo bien marcado nadie diría que esta es una cuarta parte
de una saga, el nivel no decae ni en su frescura ni en su profundidad. Muchos
hilos se hilvanan, muchas vidas se cruzan pero con ello se crea una vida real
con amigos y algún que otro enemigo.
Aquí os dejo sus primeras páginas, preparad las maletas, el viaje aún no ha terminado.
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