divendres, 27 de maig del 2016

Esta noche moriré



Brillante y escalofriante son los mejores adjetivos que se me ocurren para Esta noche moriré de Fernando Marías que gracias a la Editorial Alrevés recuperamos en su edición XX aniversario y que incluye como regalo el monólogo teatral de QY Bazo inspirada en la novela.

Estamos frente a la gran venganza, la última palabra de un muerto, Corman, que desea ridiculizar a su lector, mostrándole aquello que no consiguió en su momento.

Esta epístola llega a manos del comisario Delmar, y ya en sus primeras letras nos dice “Me suicidé hace dieciséis años” cosa que ya indica una mente retorcida e inteligente que desea rememorar su pasado castigando a aquel que le encerró.

Nuestro orador se suicidó en la cárcel y con esta carta quiere confesarle sus crímenes, sus motivos y su arte al hombre que no logro quebrarle con una sentencia que pone la piel de gallina y que no es más que la aseveración que en el momento que termine de leer la misiva él se matará.

Poco más os voy a desvelar, no hay mejor narrador que el propio protagonista ni mejor interprete que cada uno de nosotros como lector.

Esta novela tiene un tempo sostenido, deja al lector ir asimilando las palabras y el relato escrito tiempo atrás, es un thriller con todas sus letras, no faltan raptos, crímenes y ajustes de cuentas y las puntualizaciones en tercera persona sobre aquello que Corman no podía saber muestran su gran intelecto y como sin el comisario saberlo ha ido en pos de una decadencia ya vaticinada.

Es casi imposible dejar de leer, página a página el autor recre con gran detalle una vida criminal que se entreteje como la tela de una araña donde quedamos atrapados sin remedio esperando el cruel final.


Es de agradecer que al ser un formato epistolar su extensión no sea excesiva, si no más de un lector se quedaría en vela hasta descubrir si realmente el comisario se matará y si es cierto como será ese posible final.

Sin olvidarnos del monologo teatral que se añade al final de la obra y que enfatiza la misma y nos da una nueva tonalidad de negro a la historia.

Una brillante introspección en una mente criminal privilegiada, dotada de una narrativa concisa, clara y vehemente, un relato con proyección de futuro en un momento crucial ante la invitación por el remitente de la parca para si mismo y para el lector.

Maquiavelo se queda corto frente a Corman y sus maquinaciones.

No dudéis ni por un momento, leed sus últimas palabras y juzgad por vosotros mismos.

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