Pocas veces me alegra tanto reencontrarme con un personaje, Tiki Mercado, (Eutiquio
Mercado) tiene una personalidad, una franqueza y naturalidad que provoca en el
lector admiración y el ferviente deseo de conocerlo un poco más.
Josep Camps nos lo presento en “Melodía quebrada” y hoy
regresa a los Mossos de Esquadra en Rezos
de vergüenza para resolver un doble homicidio, si fuera por él seguiría
retirado pero su buen amigo Quim Albertí ha sido brutalmente asesinado cuando
investigaba la muerte de un joven, hijo de un importante banquero y
perteneciente a la Orden del Opus Dei.
Un crimen al más puro estilo de la matanza de Texas con sierra eléctrica
incluida nos introduce a una trama oscura, donde las pesquisas de Tiki y su
compañera Elvira nos mostraran las caras de la víctima y de sus verdugos.
Los puntos fuertes de esta novela a parte de sus protagonistas, son la
proximidad con el lector y más aún si este vive en Barcelona, junto a ellos
recorreremos sus calles y descubriremos algún rincón en sus sombras.
Pocos autores se atreven a mezclar en sus novelas tramas con tintes
religiosos o sectarios con nombre y apellido, la valentía para hacer girar una
trama en el descubrimiento de las verdades y mentiras que giran en torno del
Opus Dei y sus normas es una apuesta que seduce desde el minuto uno y aporta
información que se filtra entre las sombras de la mentira y de lo oculto.
La trama dará más giros inesperados, la droga y la corrupción tendrán
también su papel firmando como venganza
y crueldad en los crímenes conocidos.
Y lo que nos hará sufrir será como la estabilidad emocional de Tiki se
tambalea frente a la muerte de su compañero y la obcecación de algunos otros.
Nada más os voy a contar de la trama, una novela que tiene su propio hilo
musical firmado por los grandes mitos del rock and roll y con unas
descripciones casi fotográficas de una ciudad sumada en las prisas y en la
importancia del hoy.
Su prosa es muy limpia, no deja cabos sueltos y de manera muy sutil nos
invita a quedarnos sentados en el sofá y no dejar de leer. Una lectura que
sigue un tempo rítmico, que poco deja respirar manteniendo la tensión en la
cuerda floja.
Alrevés sabe cómo seducir a los amantes de la novela
negra y tentar a los curiosos para que pequen en el género, y como la
penitencia por pecar poco o mucho es la misma, Alrevés nos invita a pecar a lo grande.
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