Jamie McGuire cierra la historia a dos voces de Abby y Travis en Un desastre es para siempre.
Conocimos a estos dos jóvenes tan
dispares en “Maravilloso desastre” y en “Inevitable desastre” unas novelas que se
complementa dando la visión de ella y la de él sobre su vida, su mundo y su
relación.
Un desastre es para siempre es como una culminación de una historia
que ya estaba escrita, un final para “Maravillosos desastre” pero no para
“Absoluto desastre”, dado que en este último hay un epílogo que va más lejos en
la línea temporal que está última publicación.
La idea de plasmar en una serie
de novelas el mismo hilo conductor pero con la voz de narrador intercalando la
personalidad de cada protagonista es una idea muy arriesgada, dado que
podríamos considerar que leída una visión ya está la historia explicada, pero Jamie McGuire sabe cómo atrapar al
lector haciendo de su serie una novela completa entregada por partes, en cada
una de ellas se añaden sucesos que marcan a cada uno de los personajes y que
aportan luz a sus sombras.
Un desastre es para siempre nos
muestra como los jóvenes protagonistas están a punto de cometer el mayor error
de su vida o el mayor acierto. En voz de Abby descubriremos sus sentimientos
por Travis, pero también sus miedos al futuro y como decide cambiarlo todo por
salvar a la persona que ama.
Abby se nos había mostrado hasta
el momento como la chica sensible pero racional, una chica fuerte pero con un
corazón débil hasta que conoce a Travis y con él descubre su verdadera fuerza,
su verdadero yo y su potencial.
Travis era un chico malo, ligón,
duro, lleno de tatuajes, que envolvía su ser con un muro de hormigón para que
nadie pudiera ver el tierno corazón que habitaba en su pecho hasta que Abby
irrumpió en su vida resquebrajando poco a poco el muro hasta dejarlo por los
suelos.
Los dos juntos maduran, su
relación es como una montaña rusa y parece que la vagoneta va sin frenos, pero
¿Quién ha dicho que el amor es fácil a los dieciocho años?
Finalmente aquel maravilloso
desastre que empezó como un choque de trenes está a punto de llegar a la
estación del matrimonio, quizás los motivos no son los más adecuados, quizás
deberían esperar, quizás… hay tantos quizás al tomar una decisión que es mejor
dejarlos a un lado y ver si el tren descarrilará o llegará a una gran estación
central.
Un final de historia que se lee
en un suspiro, gracias a la agilidad de la pluma de la autora y al juego de
contraste entre los protagonistas, todas as historias tienen dos versiones la
de ella y la de él, aquí encontrareis la de los dos.
Hay que reconocer que a veces
benditos son los desastres.
¡Debolsillo os invita a todos al enlace de los señores Maddox!
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